Para alguien que sobrevivió a un tiroteo, o para los familiares de las víctimas, los daños en la salud mental no terminan cuando acaban los disparos: estos pueden perdurar toda una vida.
De acuerdo con United Against Gun Violence (Brady) -una organización estadounidense sin fines de lucro que aboga por el control de armas y contra la violencia armada- no se puede hablar de tiroteos masivos sin reconocer las repercusiones que tienen en la salud mental de los sobrevivientes, sus seres queridos, comunidades y en la psique de todo Estados Unidos.
Puesto a que, según la organización, el 95% de las personas expuestas a tiroteos masivos experimentan síntomas de trastorno de estrés postraumático en los primeros días después del incidente, y hasta el 80% lo viven ocho meses después del disparo.
“El impacto psicológico de los tiroteos masivos puede provocar trastorno de estrés postraumático, abuso de sustancias, autolesiones, trastornos depresivos mayores, duelos prolongados y ataques de pánico, entre otros”, se lee en el informe La salud mental: impacto de los tiroteos masivos de Brady.


Estrés, pánico y ataques: el impacto de los tiroteos en la salud mental
Los estudios lo reflejan: los niños tienen mayor riesgo de experimentar un trauma emocional y trastorno por estrés postraumático después de un tiroteo. En Estados Unidos las armas de fuego son la causa número uno de las muertes en niños y adolescentes.
Bajo este panorama, los familiares de las víctimas también cargan con un trauma difícil de superar.
“Ser padre de un niño asesinado en un tiroteo masivo ha hecho que mi trastorno de estrés postraumático y mi trastorno de ansiedad no se detengan porque cada tiroteo, ya sea masivo, doméstico, suicida, de acoso o diario, me mantiene nervioso todos los días, y es agotador”, declaró en el informe Nardyne Jeffries, cuya hija de 16 años, Brishell Jones, murió en un tiroteo masivo en 2013 en Washington, DC.
Además del estrés postraumático, las víctimas de tiroteos masivos o los familiares también pueden experimentar trastorno depresivo mayor y algunos de sus síntomas son tristeza, pérdida de interés en cosas que antes se disfrutaban, cambios en el sueño y peso, dificultad para concentrarse e irritabilidad.
Al sentir que salen sin lesiones físicas de balas los tiroteos, muchas víctimas tardan en buscar ayuda ya que no se sienten merecedoras de recibir atención especializada, por lo que pueden pasar años con traumas que deterioran su salud mental.



“A pesar de su profundo trauma, muchos sobrevivientes sienten vergüenza o culpa al buscar ayuda. Los estudios han encontrado que sólo una pequeña porción de sobrevivientes busca tratamiento, y muchos esperan varios años antes de buscar tal ayuda”, se lee en el informe.
Sin embargo, todos los sobrevivientes de tiroteos necesitan ayuda especializada y apoyo integral para poder sobrellevar y sanar eficazmente el trauma que sufrió ese día.
Además, el impacto de estas noticias afecta a las personas que incluso están lejos de los sitios donde ocurrió el tiroteo, ya que las hacen dudar de su seguridad.
“La mera experiencia de escuchar sobre un tiroteo masivo tras otro impacta la vida cotidiana de los estadounidenses, incluso aquellos que no viven en las comunidades donde se produjeron estos tiroteos”, aseguró el estudio.
Documental Amo mi pistola
Amo mi pistola es un documental de El Tiempo Latino que expone la crisis de armas que existe en Estados Unidos, el único país desarrollado que tiene más pistolas que habitantes.
El documental ofrece el punto de vista de expertos, activistas, miembros de organizaciones a favor y en contra de las armas y un instructor de armas para poder entender cuál es la fijación de la población estadounidense que porta día a día armas.
Puedes verlo aquí:
Si usted o alguien que conoce está pensando en suicidarse, llame al Servicio Nacional de Suicidio gratuito y confidencial al 1-800-273-8255.