El gobierno del presidente Joe Biden estaba intentando disuadir a Rusia de probar sus armas espaciales, según dos funcionarios de la administración citados por Politico.
Los esfuerzos de la administración Biden demuestran la creciente preocupación sobre la intención de Rusia de las pruebas de armas espaciales.
Los dos funcionarios de la administración Biden resaltaron la falta de compromiso de Rusia sobre el tema de las armas espaciales, que se hizo público la semana pasada.
La intención de Rusia de seguir adelante con las pruebas de armas espaciales
Un lanzamiento con éxito por parte de Rusia reforzaría su capacidad para detonar un arma nuclear en el espacio, lo que supondría una amenaza para los satélites de los que dependen muchos países, incluido Estados Unidos, para sus comunicaciones vitales, internet y operaciones militares.
Anteriormente, el gobierno de Estados Unidos había restado importancia a los datos de inteligencia relativos a Rusia, sobre todo en relación con sus actividades en Ucrania, como táctica para presionar públicamente a Moscú.
Pero, debido a la naturaleza sensible de la información relacionada con el espacio, los funcionarios optaron por un enfoque diplomático, temiendo que la exposición pública pudiera provocar al presidente ruso Vladimir Putin, según Politico.
El desarrollo de su arma nuclear espacial
Durante más de un año, altos funcionarios de los servicios de inteligencia y de la administración Biden han estado siguiendo los progresos de Rusia en el desarrollo de su arma nuclear antisatélite basada en el espacio, supervisando sus diseños, montaje y pruebas.
El esfuerzo de la administración Biden se intensificó, gracias a la sospecha de que Moscú podría iniciar pronto el lanzamiento de su arma espacial.
En enero, altos funcionarios de la comunidad de inteligencia, la Casa Blanca y el Departamento de Estado idearon un plan para disuadir a Rusia ejerciendo presión diplomática a través de intermediarios.
Los funcionarios estadounidenses se pusieron en contacto con sus homólogos de India y China, exponiendo las crecientes capacidades espaciales de Rusia y la amenaza potencial para sus satélites.