Francia es el primer país en convertir el aborto en un derecho constitucional, dando paso en la lucha para proteger los derechos reproductivos de la mujer.
Durante una importante reunión de 925 legisladores en Versalles, el primer ministro Gabriel Attal destacó la responsabilidad ética de Francia hacia las mujeres y rindió homenaje a Simone Veil, una fuerza pionera a favor del derecho al aborto en Francia.
La incansable defensa de Veil en 1975 condujo a la despenalización del aborto, un punto de inflexión crucial en la historia legislativa francesa.
Francia convierte el aborto en un derecho constitucional
En su convincente discurso ante la sesión conjunta, Attal instó a los legisladores a mantener el legado de Veil y a situar a Francia en la vanguardia de la defensa de los derechos de la mujer.
La propuesta, que obtuvo una aprobación abrumadora en la Asamblea Nacional en enero, se enfrentaba a un momento decisivo en el Senado.
Su aprobación, cumpliendo un compromiso del gobierno del presidente Macron, pretende hacer "irrevocable" el derecho al aborto.
A pesar de la ausencia histórica de oposición al derecho al aborto entre los principales grupos políticos franceses, como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y los republicanos conservadores, los esfuerzos por consagrar este derecho en la Constitución han tropezado con obstáculos.
No obstante, el ambiente político actual, subrayado por el apoyo condicional de Le Pen al proyecto de ley, significa un notable cambio de actitud.
Los franceses respaldan el aborto
El apoyo público en Francia respalda firmemente el derecho al aborto, con encuestas recientes que muestran tasas de aprobación superiores al 80%.
Este respaldo generalizado también se aplica a la integración de la enmienda en la Constitución, lo que indica un amplio acuerdo de la sociedad al respecto.
Sarah Durocher, una de las principales voces del movimiento de Planificación Familiar, celebró la votación del lunes como un triunfo significativo para los esfuerzos feministas y una derrota para los defensores de la ley contra el aborto.
Al incorporar el derecho al aborto en la Constitución, Francia no sólo protege el acceso de las mujeres a unos servicios sanitarios vitales, sino que también anima a otras naciones a reconsiderar sus políticas.