
El encantador despliegue de cerezos en Washington D.C. que inunda de flores rosas y blancas el paisaje, va más allá de la mera belleza natural. El cerezo, Cherry Blossom o Sakura, es también una metáfora del renacimiento y la renovación.
Estos árboles, que rodean tan particularmente al Tidal Basin y resaltan el panorama del National Mall, son parte crucial en la historia conmemorativa de la capital del país.
Después de leer un poco sobre su historia e informarte de lo divertido que puede ser el Cherry Blossom Festival, quizás te quede una sensación de conciencia sobre el ciclo de la vida. Cada año, los cerezos propician espacio para actividades en familia y también un momento para reflexionar y ver con esperanza al futuro.
¿Por qué hay cerezos, Sakura o Cherry Blossoms en Washington DC?
El árbol de cerezo, llamado en inglés “Cherry Blossom” tiene un gran peso cultural en distintas partes del mundo, en especial en Japón, en donde su nombre propio es “Sakura” .
En realidad, el cultivo oficial de esta especie en espacios públicos trasciende de la simple botánica para convertirse en un símbolo socio-cultural y diplomático.
Para entender su aparición en la capital estadounidense hay que retroceder en el tiempo hasta 1912, año en el que la ex primera dama Helen Taft inició la tradición plantando los primeros cerezos, en un intercambio con la esposa del embajador japonés.

Este acto de amistad dio origen al icónico Cherry Blossom Festival de la ciudad, en el que cada primera dama ha actuado desde entonces como presidenta de honor para celebrar el perdurable símbolo de unidad.
No es secreto para nadie que solo unas décadas después de 1912, Estados Unidos y Japón estuvieron en conflicto bélico. Por esta razón, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, algunas personas protestaron contra la presencia de este elemento en el área del Tidal Basin, una cuenca marina que desemboca en el río Potomac y termina en el océano Atlántico, y que alberga en uno de sus laterales al imponente Thomas Jefferson Memorial.
Podría decirse que más pudo el entendimiento y el naturalismo que la confrontación contra el cerezo, al punto que en alguna ocasión se acuñó el término de “Cherry Blossom Diplomacy” para explicar la importancia y significado de los actos de las primeras damas estadounidenses.
A lo largo de los años, las formas de celebrar la floración de los cerezos ha evolucionado, desde la modesta ceremonia de Ellen Wilson en la Casa Blanca en 1914 hasta las elaboradas decoraciones de temporada de Jacqueline Kennedy. Cada primera dama ha infundido a la celebración su toque único.
Michelle Obama conmemoró el centenario de los cerezos en 2012, destacando su significado en la cultura estadounidense y la narrativa de continua de amistad y renovación frente a Japón.
Podría decirse que además de embellecer la ciudad, fortalecieron la relación de Washington y Tokio, pétalo a pétalo.
Significado: detrás de los pétalos
En la cultura japonesa, el hanami -la práctica de contemplar los Sakura- fomenta el aprecio por la belleza pasajera de la vida.
Esta tradición encuentra un profundo eco en el National Mall, donde la breve belleza de las flores subraya los mensajes imperecederos de los elementos que los rodean.

Nos recuerdan que aunque la vida es pasajera, su significado puede persistir a través de la belleza y los significados que le asignamos.
En el corazón de Washington D.C., el National Mall destaca lugar repleto de historia, que comunica valores estadounidenses a través de obras conmemorativas que rinden homenaje a líderes del pasado.
Entre estos homenajes monumentales, destacan los de Franklin Delano Roosevelt y del Dr. Martin Luther King, Jr. Su distinción procede no sólo de la innovación arquitectónica, sino del tapiz vivo de cerezos que los envuelve cada primavera.
Se dice que los cerezos capturan la fugacidad humana, reflejando las cortas pero influyentes vidas de Roosevelt y King. Lo más insólito, ambos fallecieron en primavera. Las flores, realzando los grabados y los tonos del granito, pintan un cuadro vívido del sueño de estos hombres respecto a la justicia y la igualdad.
¿Cuándo florecen los Cherry Blossoms o cerezos en Washington DC y cómo celebrarlo?
Por lo general los cerezos florecen en primavera, concretamente a finales de marzo, hasta mediados de abril. Para no dejar pasar estas fechas por alto, distintas organizaciones planifican eventos entorno a los cerezos en el área de Washington.
Uno de ellas es el emblemático National Cherry Blossom Festival, realizado cada año con diversas actividades. En 2024 el será del 20 de marzo al 14 de abril.

Entre el itinerario a tomar en cuenta para disfrutar y apreciar los cerezos puedes considerar:
- El área de bienvenida, con actividades escénicas y una ceremonia de apertura, propiciada por el Servicio Nacional de Parques.
- El Blossom Kite Festival. Especialmente entretenido para niños. Se trata de volar cometas e incluso habrá expertos que recrearán el estilo de volar cometas de la era Edo japonesa.
- Petalpalooza, al aire libre y para todo público, con música, arte y entretenimiento.
- El “Pink Tie Party”, que combina pasarela de moda, diversión y cultura,
- Y por supuesto The National Cherry Blossom Festival Parade, un desfile con figuras alegóricas lleno de sorpresas.
Protagonista desconocido
Este hermoso paisaje urbano prospera gracias a los esfuerzos combinados de dirigentes, cuidadores y de una variada fauna que llama hogar a los cerezos.
Cuando los visitantes pasean por este paisaje cuidadosamente mantenido, se les invita a entrar en un ecosistema dinámico que va más allá de la intervención humana.
El National Mall, aunque parezca un jardín íntegramente planificado, es en realidad un vivo escenario para las rutinas de la naturaleza, donde los polinizadores esenciales desempeñan un silencioso – a veces desconocido -, pero activo papel vital en el ciclo de crecimiento de los árboles.
Cada primavera, los cerezos deslumbran a los espectadores con su vibrante floración, y atraen también a una colorida variedad de pájaros e insectos, además de grandes volúmenes de turistas de todo el país y el mundo.
En su búsqueda de polen, transfieren sin saberlo estos diminutos granos de flor en flor, facilitando la polinización cruzada y asegurando el florecimiento de las generaciones futuras.
Las aves, incluidos los cardenales del norte y los arrendajos azules, contribuyen de forma significativa a este complejo sistema ecológico. Por esto no debería resentir algunos estornudos por polen en esta época del año o quizá habernos manchado accidentalmente con excremento de aves.
Que esto suceda se relaciona a la robusta salud de los jardines del National Mall, que es fruto tanto de los esfuerzos humanos como de las labores, a menudo pasadas por alto, de las pequeñas criaturas de la naturaleza.
Para garantizar la continuidad del encanto y la armonía ecológica de este apreciado refugio urbano, es imperativo cuidar de todas las especies, y reconocerlas como arquitectos naturales del paisaje que disfrutamos durante el Cherry Blossom Festival.
En definitiva, a la sombra de estas preciosas flores se esconde no sólo una historia natural, sino también un elemento de diplomacia, de lazos internacionales duraderos, de significados socioculturales, de reflexión.
A más de un siglo de su origen, el Cherry Blossom Festival continúa demostrando el poder del sencillo, pero profundo acto de plantar un árbol.