Skip to content

El incierto camino de Javier Milei hacia la tierra prometida

El presidente de Argentina necesita construir una coalición para apoyar sus radicales reformas económicas.

Los empresarios e inversionistas, y el FMI, han dado la bienvenida a los pasos de Milei hasta ahora. Foto: (Sarah Pabst/The New York Times).

El presidente de Argentina necesita construir una coalición para apoyar sus radicales reformas económicas.

Las crisis recurrentes de Argentina y su fracaso en cumplir con su obvio potencial han hecho durante mucho tiempo de la nación sudamericana una excepción infeliz entre las economías de ingreso medio con desempeño estable.

Su turbulenta historia ayuda a explicar por qué eligió el año pasado a un presidente que desafía las convenciones. Javier Milei, un autodenominado anarcocapitalista con principios libertarios y un amor incondicional por el libre mercado, se ha convertido en el favorito de los fondos de cobertura globales y magnates de capital privado, y esto a pesar de su apoyo a Donald Trump, su postura contra el cambio climático y su oposición al aborto.

La promesa de campaña de Milei de tomar una motosierra al estado parecería temeraria en gran parte del mundo, pero resonó en Argentina. Un gasto gubernamental fuera de control y la corrupción desenfrenada han llevado a la bancarrota al estado, destruido el valor del peso y dejado a la nación cerca de la hiperinflación.

Dada la profundidad de la crisis, las primeras medidas del presidente no fueron irracionales: un ajuste fiscal drástico para equilibrar el presupuesto rápidamente, una gran devaluación del peso para corregir una tasa de cambio oficial excesivamente sobrevalorada, aumentos en tarjetas de alimentos y beneficios infantiles para compensar algo del dolor sentido por los más vulnerables. Afortunadamente, Milei parece haber retrocedido en su promesa de dolarizar la economía; ya que ésta, basada principalmente en materias primas e inflexible, tendría dificultades para crecer dentro de la camisa de fuerza de la política monetaria de EEUU.

Los empresarios e inversionistas, y el FMI, han dado la bienvenida a los pasos de Milei hasta ahora. La inflación está bajando desde un pico en diciembre, la tasa del peso en el mercado negro se ha estabilizado y los subsidios insostenibles al transporte y combustible se están desmantelando.

Sin embargo, la economía se encamina hacia la recesión. No está claro cuánto tiempo tolerará la población el creciente dolor causado por la austeridad. Las caídas en el valor real de los salarios y pensiones no son sostenibles y podrían desencadenar protestas masivas. El FMI señaló que Argentina necesitaba reformas orientadas al mercado pero que "estas deberían ser diseñadas y secuenciadas para asegurar un crecimiento sostenido e inclusivo".

Milei también corre el riesgo de convertirse en víctima de sus tácticas políticas. El antiguo economista de la televisión se ha mantenido en el cargo con la estrategia que le sirvió bien en la campaña: avivar a los seguidores en las redes sociales denunciando a la "casta" gobernante corrupta de Argentina, insistiendo en que no hay alternativas y lanzando insultos coloridos a los oponentes.

Tal estrategia de todo o nada va en contra de la realidad política. Milei está lejos de tener una mayoría en el Congreso, incluso con el respaldo del partido conservador PRO del expresidente Mauricio Macri. Ninguno de los 23 gobernadores provinciales del país son aliados seguros. El presidente ha dicho que está dispuesto a eludir a los legisladores hostiles y confiar en decretos y otros poderes ejecutivos. Pero Milei tiene que ganarse a los centristas y algunos peronistas de oposición moderados o arriesgarse a que su presidencia sea neutralizada por una amplia coalición de descontentos.

En su discurso anual al Congreso este mes, el presidente invitó a gobernadores y líderes políticos a unirse a él en acordar un nuevo "pacto fundacional" para Argentina para fraguar las reformas. Muchos acogieron con agrado la oportunidad de diálogo. Sin embargo, Milei insistió en que los asistentes debían suscribirse a 10 principios excesivamente rígidos, incluyendo renunciar a los déficits gubernamentales para siempre y limitar el gasto público a aproximadamente el 25 por ciento del producto interno bruto.

No conviene a Argentina que los planes económicos de Milei fracasen: la alternativa podría ser la parálisis gubernamental y la hiperinflación. Sin embargo, el presidente parece casi demasiado cómodo con la idea de ser un profeta en el desierto. Recordó al Financial Times el mes pasado que su héroe, Moisés, pasó 40 años en el desierto antes de que su pueblo alcanzara la tierra de leche y miel. Argentina no puede esperar tanto tiempo. Milei necesita demostrar que su tierra prometida no es un espejismo, y que puede llevar suficientes personas consigo para que sus reformas económicas tengan éxito.

Redacción - Financial Times.

Derechos de autor - Financial Times Limited 2024.

Lee el artículo original aquí.

Últimas Noticias

Arena Stage anuncia el Voices Of Now Festival 2025

Arena Stage anuncia el Voices Of Now Festival 2025

El festival que durará todo el día el 10 de mayo contará con presentaciones, charlas, talleres y mesas redondas, además de actividades interactivas durante todo el día que amplificarán las voces de los jóvenes y adolescentes

Members Public