La Unión Europea anunció un paquete de ayuda económica de 8.000 millones de dólares para Egipto.
La nación se enfrenta a retos económicos y a los efectos de la inestabilidad regional. Este paquete de ayuda señala el compromiso de la UE de apoyar a Egipto, el país más poblado del mundo árabe.
Esta iniciativa arrancará oficialmente con una visita a Egipto de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, junto con dirigentes de Bélgica, Italia, Austria, Chipre y Grecia.
La Unión Europea entregará a Egipto ayuda económica para la seguridad
La delegación enfocó las relaciones UE-Egipto, haciendo hincapié no sólo en el apoyo económico sino en una asociación estratégica centrada en abordar la migración y mejorar la seguridad regional.
En el centro del apoyo de la UE está el objetivo de reforzar la seguridad fronteriza de Egipto, especialmente a lo largo de su frontera con Libia.
Dada la posición de Libia como principal punto de tránsito de inmigrantes procedentes de África y Oriente Próximo, impulsados por la pobreza y los conflictos, este reto es importante tanto para Egipto como para la UE.
El paquete también ayudará a Egipto a acoger a los refugiados sudaneses que escapan de casi un año de conflicto interno, subrayando el papel estratégico de Egipto en la gestión de los flujos migratorios hacia Europa.
A pesar de que Egipto no es un punto de partida importante para las actividades peligrosas del Mediterráneo, su situación geográfica y su estabilidad política lo sitúan como un aliado vital para la UE a la hora de aliviar las presiones migratorias.
Sin embargo, el gesto financiero de la UE se enfrenta a las críticas de organizaciones internacionales de defensa de los derechos, como Amnistía Internacional.
Expresaron su preocupación por el historial de Egipto en materia de derechos humanos, y la directora de la Oficina de Instituciones Europeas de Amnistía, Eve Geddie, ha pedido a la UE que establezca puntos de referencia claros de derechos humanos para Egipto.
Las críticas se centran en las restricciones de Egipto a la libertad de los medios de comunicación, de expresión y la represión de la sociedad civil, instando a la UE a considerar estos factores en su asociación.