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Mes de la Historia de la Mujer: conmemoración y lucha por la igualdad de derechos

Peores empleos, trabajos menos remunerados y discriminación, lo que siguen enfrentando millones de las mujeres en medio de su lucha por la igualdad de derechos

Mes de la Historia de la Mujer
Marzo se convirtió en el Mes de la Historia de la Mujer, para conmemorar la lucha por la igualdad de derechos. Foto: freepik

En 1977, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Para ese momento, los movimientos femeninos exigían mejores condiciones laborales, el derecho al voto y la igualdad social. Esta fecha enmarca la lucha de las mujeres por su reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos

Aunque fue en 1977 cuando la ONU decidió asignar una fecha para honrar a las mujeres, en Estados Unidos, el Mes de la Historia de la Mujer comenzó el 28 de febrero de 1909, cuando un movimiento de mujeres de Nueva York celebraron la fecha en conmemoración del primer aniversario de la huelga de la confección, que estuvo liderada por el Sindicato Internacional de Trabajadoras de la Confección de Damas.

Dos años después, en 1911, Europa siguió la línea de Estados Unidos, al reconocer el Día Internacional de la Mujer. Hasta la década de 1970, las estadounidenses continuaron celebrando su día el último domingo de febrero.

El Museo Nacional de Historia de la Mujer explica que, en principio, los movimientos de mujeres comenzaron a celebrar la semana de la mujer después de la asignación de la ONU.

En 1987, el presidente de EEUU para ese entonces, Ronald Reagan, extendió de una semana a un mes la festividad para conmemorar la lucha de las mujeres en Estados Unidos con el “Mes de la Historia de la Mujer”.

Los colores de la lucha de las mujeres

El Mes de la Historia de la Mujer está pintado de morado, verde y blanco, los colores que establecieron las sufragistas de la Política de la Mujer y la Unión Social a principios del siglo XX.

En los inicios del movimiento, las mujeres lucharon para que se les permitiera participar en las elecciones. Para ese momento, escogieron colores representativos como el morado, el verde y el púrpura. En 1908, las sufragistas inglesas escogieron estos colores.

“El violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo”.

Emmeline Pethick, activista inglesa y líder de la lucha feminista del siglo XX.
mes de la historia de la mujer
Marzo es el mes para conmemorar el movimiento feminista del siglo XX que comenzó su lucha por la igualdad de género. Foto: freepik

En Estados Unidos y a nivel internacional, el color púrpura está vinculado con la dignidad, la justicia, la igualdad de género y el color de las mujeres. En Inglaterra, por ejemplo, históricamente el color púrpura se asocia a la realeza y a la lealtad a alguna causa.

El verde simboliza los nuevos comienzos y la esperanza, que van de la mano de la lucha por igualdad de derechos que han tenido las mujeres. El blanco, por su parte, representa la pureza.

El morado: la representación del feminismo

La escritora Gemma Lienas fue la pionera en usar una metáfora con relación al color morado que, posteriormente, fue adoptado por el movimiento feminista.

“El color violeta representa al feminismo, el mismo color de las gafas con las que se debe mirar el mundo”.

Hoy en día, la explicación que acompaña a los movimientos feministas, vincula el color morado a tragedia, que impulsó las primeras manifestaciones de mujeres en Estados Unidos: el incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York, donde murieron 140 trabajadores el 25 de marzo de 1911.

Romper con el sesgo de género

Un punto de entrada para aproximarse a entender la desigualdad que se ha construido, con el paso de los años, entre hombres y mujeres, es el sesgo de género. Los prejuicios que acompañan a cada persona y que hacen que la igualdad esté más lejos de alcanzar.

Los prejuicios y los estereotipos construyen y son parte de los colectivos, pueden aparecer en las culturas y los sistemas que contribuyen a las desigualdades de género. Para Rachel Thomas, directora ejecutiva de LeanIn.Org y OptionB.Org, el sesgo de género está profundamente arraigado a las culturas, y funcionan como una trampa, donde todos caen.

Pese a que la lucha se ha mantenido en los años, la disparidad y el sesgo de género se mantiene.

Según la Organización de las Naciones Unidas, las mujeres tienen peores empleos o a tiempo parcial, trabajos socialmente menos valorados y negocian menos su salario.

La ONU explica que aunque hay muchas razones que impulsan la disparidad, la principal es que todavía existe una sociedad muy desigual en el reparto de trabajos no remunerados, como el cuidado de niños y familiares, que en la mayoría de los casos, labores realizadas por mujeres.

Los sesgos de las mujeres en el trabajo

  • Evaluaciones de desempeño: los sesgos a menudo entran en juego al dar retroalimentación, lo que significa que la información que entregamos puede estar influenciada por prejuicios, señala Forbes. Por ejemplo, un estudio encontró que el 66% de las reseñas de desempeño de las mujeres contenían comentarios negativos sobre la personalidad, en comparación con solo el 1 % de las reseñas de los hombres.
  • Penalidad por maternidad: una investigación del Pew Research Center arrojó que un 23% de los padres que trabajan dicen ser tratados como si no estuvieran comprometidos con su trabajo porque tienen hijos, siendo las madres, concretamente, quienes atraviesan esta experiencia con más frecuencia.
  • La contratación: por cada 100 hombres contratados y ascendidos a gerente, solo 72 mujeres son contratadas y ascendidas. Esto se conoce como el “peldaño roto”, donde menos mujeres son promovidas a puestos gerenciales y, por lo tanto, hay menos posibilidades de que se dirijan a los principales puestos de liderazgo.
  • Las microagresiones: según el Informe Mujeres en el Lugar de Trabajo 2021, a medida que las mujeres ascienden a posiciones de liderazgo, es más probable que enfrenten microagresiones que desafían su competencia, como ser interrumpidas, escuchar comentarios sobre su estado emocional o cuestionar su juicio. Las mujeres de color son mucho más propensas que las mujeres blancas a experimentar un comportamiento irrespetuoso y ajeno.

Las mujeres siguen luchando para romper con estos sesgos de género laborales y para encontrar la igualdad en todos los ámbitos.

En el Mes de la Historia de la Mujer resaltamos el inquebrantable trabajo de las mujeres, su lucha y mantenemos el compromiso para crear culturas de inclusión, de tolerancia y de cero discriminación.

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