A pesar de la gravedad del choque del carguero Dali, la tripulación aún permanece a bordo, refugiándose en los habitáculos intactos del barco, según reveló un oficial de la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) a CNN este domingo.
El Dali, embarcado en un viaje de 45 días a Sri Lanka, se encontró con lo que el capitán de la USCG, David O'Connell, calificó de "accidente bastante horrible" durante su visita al lugar de los hechos.
Afortunadamente, los espacios habitables del barco, incluidas las zonas destinadas a comer y descansar, salieron ilesas de la colisión.
Declaraciones del capitán de la USGC
"Aunque la parte delantera del barco está dañada, el resto de la nave, donde viven, comen y descansan, no sufrió daños", compartió O'Connell a CNN, destacando la capacidad de la tripulación para mantener cierta normalidad.
Gracias a los generadores funcionales del barco, los servicios esenciales como la electricidad, el suministro de alimentos y las instalaciones de cocina continúan ininterrumpidos, garantizando que las necesidades básicas durante investigaciones de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) y la USCG.
Los miembros de la tripulación, que según O'Connell se pueden enfrentar hasta nueve meses en el mar según sus contratos, navegan ahora por una estancia incierta en el Dali en medio de las investigaciones.
Permanencia en el barco mientras siguen las investigaciones
"No entran todos como una sola tripulación", remarcó O'Connell, señalando las rotaciones habituales y la tensión adicional que las prolongadas investigaciones podrían suponer para su permanencia a bordo del buque.
Al describir el lugar del accidente como una "revoltijo de materiales", O'Connell explicó los complejos esfuerzos de recuperación que se avecinan.
El proceso de limpieza, caracterizado por cortar, aparejar y extraer materiales del agua, se ve dificultado por la limitada visibilidad de los buzos, que oscila entre 30 y 60 cm, lo que hace necesario un enfoque predominantemente manual.