Las fuerzas israelíes retirarón su asedio de dos semanas al hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza, dejando 200 palestinos muertos y daños a su infraestructura.
El alcance total de la tragedia sigue siendo incierto, ya que continúan las operaciones de rescate para recuperar cadáveres de entre los escombros.
Las secuelas de la operación dejó la infraestructura del hospital en ruinas, lo que supone un duro golpe para los servicios sanitarios de la zona.
El ataque al hospital de Gaza fue justificado por el ejército israelí
El ejército israelí justificó sus acciones, afirmando que las víctimas eran militantes y destacando el papel de la operación en los esfuerzos antiterroristas.
El contralmirante Daniel Hagari, en nombre del ejército israelí, explicó que los importantes daños se debían a que los militantes habían decidido utilizar el hospital como bastión, lo que requería una respuesta contundente.
El objetivo inicial del hospital Al-Shifa por parte de las fuerzas israelíes en noviembre, basado en acusaciones de que militantes de Hamás habían establecido un centro de mando debajo, desató la controversia.
Estrategia de los Israelí frente la amenaza de facciones armadas palestinas
Tras un breve alto el fuego que facilitó la retirada israelí, el conflicto se reanudó con una operación militar sorpresa a mediados de marzo, destinada a hacer frente a lo que se describió como una amenaza de las facciones armadas palestinas.
Esta medida generó críticas, con Hamás denunciando el ataque como un "crimen horrendo" e implicando al gobierno de Biden en el asalto.
El Dr. Taysir al-Tanna, cirujano vascular comprometido en Al-Shifa, expresó su desesperación por la conversión del hospital.
Departamentos críticos como las salas de urgencias, obstetricia y cirugía se vieron muy afectados, lo que subraya los efectos ruinosos de la operación sobre los servicios sanitarios esenciales.
