Luis Rubiales, el controvertido expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), fue detenido por la Guardia Civil en el Aeropuerto de Madrid-Barajas a su regreso a España el martes.
Después de unas horas bajo custodia, Rubiales recuperó su libertad, pero con la certeza de que tendrá que enfrentar más interrogatorios en los próximos días.
Investigan acuerdo de Luis Rubiales con Arabia Saudí
Durante su gestión, Rubiales decidió mover la Supercopa de España a Arabia Saudí. Este acuerdo que supuestamente le reportó 40 millones de euros ($43 millones) por torneo a la federación.
Gracias a esta decisión, enfrenta una investigación en curso sobre corrupción y lavado de dinero que también implica acuerdos con el estadio La Cartuja de Sevilla.
Fútbol español busca Renovación tras escándalo
La RFEF ya tiene fecha para una nueva era: el 6 de mayo se celebrarán las elecciones para elegir a su próximo presidente.
En este contexto de renovación, Rafael del Amo toma las riendas como presidente de la Gestora de la RFEF. El nuevo presidente prometió llevar a cabo acciones penales contra quienes hayan dañado económica o reputacionalmente a la institución.
La Comisión gestora no solo condenó las conductas irregulares, sino que también anunció que la RFEF se presentará como acusación particular en el caso.
Además, realizarán una auditoría forense para investigar las acciones durante el período 2018-2023, buscando esclarecer cualquier irregularidad.
Rubiales niega fraude en entrevista explosiva
En medio de la controversia, Luis Rubiales, de 46 años, se enfrentó a las cámaras en una entrevista con Ana Pastor, periodista de La Sexta, donde negó las acusaciones sobre sus negocios en Arabia Saudí.
A pesar de las críticas, defendió la legitimidad de sus acciones relacionadas con hoteles y turismo, negando cualquier desvío o blanqueo de dinero.
"El dinero que hay en mi cuenta bancaria es fruto de mi trabajo y de mis ahorros"
aseguró Rubiales.
La situación de Rubiales no solo preocupa a la esfera deportiva, sino que también ha llegado a la Moncloa, temiendo posibles repercusiones para el Mundial 2030 y los próximos procesos electorales en mayo y octubre.
Tras el escándalo, la Federación Española de Fútbol, ahora bajo la dirección interina de Pedro Rocha, se encuentra en un punto crítico. Con la FIFA y el gobierno español presionando por nuevas elecciones, la federación busca pasar página y restaurar su imagen, tanto en el ámbito nacional como internacional.