"Protegerse contra Trump" se ha convertido en la consigna para la cumbre que marca el 75 aniversario de la OTAN, ya que muchos temen por el futuro.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebró su cumpleaños número 75 hoy jueves, más vieja, posiblemente más sabia y recién sintonizada con su propia mortalidad.
En una ceremonia en la sede de la OTAN en Bruselas, funcionarios y diplomáticos festejaron una alianza que ahora es más grande, con 32 miembros, y más relevante, gracias a Rusia, de lo que ha sido en años. Para marcar el momento, la OTAN trajo el original su carta fundacional, el Tratado de Washington, desde donde se mantiene resguardada en Estados Unidos.
Pero los brindis sobre la unidad fueron en muchos casos socavados por las conversaciones al margen de la fiesta, notablemente sobre el posible regreso a la presidencia de EEUU de Donald Trump, un hombre que parece ansioso por desmantelar el tratado, y la existencia de la OTAN, cuestionando las provisiones de seguridad colectiva en su núcleo.
La reciente sugerencia de Trump de que animaría a Rusia "a hacer lo que le dé la gana" con un aliado que no cumpla las directrices de gasto en defensa ha sacudido profundamente a la OTAN y renovado el temor de que la retórica de Trump sea una seria amenaza para la alianza en momentos en los cuales busca apoyar a Ucrania y disuadir a una Rusia agresiva y revanchista.
En las semanas previas a la reunión, la consigna en Bruselas había sido "protegerse contra Trump", pero las discusiones sobre cómo proteger realmente a la OTAN y sus planes ante Trump han sido complejas. Entre aquellos que creen en la misión de la OTAN, hay un profundo temor sobre lo que viene después.
"Esta alianza durante 75 años ha hecho exactamente lo que se propuso hacer, que es mejorar la seguridad colectiva de sus miembros", dijo el teniente general retirado del ejército de EEUU, Ben Hodges, excomandante del ejército de EEUU en Europa. "Si hay una administración Trump, corremos el riesgo de perder todo eso."
Por ahora, la alianza está tratando de limitar el daño potencial convenciendo a Trump y sus seguidores de que la OTAN vale la pena mantenerla. En los eventos del 75 aniversario esta semana, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, se esforzó por mencionar "el reparto de cargas" en cada oportunidad, un guiño no tan sutil a las voces de EEUU que piden a Europa hacer más.
"No creo en Estados Unidos a solas, como no creo en Europa a solas", dijo hoy jueves. "Somos más fuertes y seguros juntos."
La alianza también está discutiendo formas de aislar el papel de la OTAN en Ucrania de la política estadounidense. El miércoles, Stoltenberg presentó una propuesta para involucrar más profundamente a la OTAN en las actividades del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, el cuerpo liderado por EEUU que coordina la ayuda militar a Ucrania, y potencialmente reunir un paquete de ayuda militar de más de $100 mil millones durante cinco años.
La propuesta envía un "mensaje claro" de que la alianza está "unida en querer institucionalizar un marco más robusto para apoyar a Ucrania a largo plazo", dijo Karen Donfried, experto senior en el Centro Belfer de Harvard y ex secretaria de estado asistente para asuntos europeos y euroasiáticos, en un correo electrónico. Pero, agregó, mucho depende de cómo avancen las negociaciones.
La idea detrás del plan es asegurar asistencia militar a largo plazo y apoyo para Ucrania independientemente de quién ocupe la presidencia de EEUU, para "protegerla de los vientos del cambio político", como lo puso un diplomático de la OTAN. Sin embargo, mientras los miembros de la OTAN convergen en algunos aspectos de la propuesta, siguen existiendo diferencias significativas y las discusiones están en etapas iniciales.
Algunos aliados quieren darle a la OTAN mucho más control sobre las responsabilidades del grupo, que actualmente depende del liderazgo de EEUU, dadas las preocupaciones europeas de que una presidencia de Trump lo haría impotente. Otros ven al grupo de contacto como una de las estructuras ad hoc más exitosas que ha desarrollado Occidente en años recientes y adoptan una mentalidad de "si no está roto, no lo arregles", dijeron dos funcionarios familiarizados con el asunto, hablando bajo condición de anonimato.
Ayer miércoles, John Kirby, asesor de comunicaciones de seguridad nacional de la Casa Blanca, dijo que era reticente a adelantarse a las conversaciones "preliminares" entre aliados de la OTAN, pero sugirió que Estados Unidos no está particularmente interesado en renunciar a su liderazgo.
"El grupo de contacto ha sido muy, muy efectivo", dijo a los reporteros. "Vamos a continuar liderándolo y convocándolo. Y sabemos que nuestro liderazgo de ese grupo de contacto es valorado, es importante."
Mantener el grupo de contacto fuera de la OTAN propiamente ha ayudado a aliviar la preocupación sobre la escalada con Rusia. Muchos países han superado ese temor, convencidos de que Rusia hará lo que quiera independientemente. Pero cambiar el estatus del grupo todavía hace que algunos países estén nerviosos.
También hubo diferencias inmediatas de perspectivas sobre la ambiciosa propuesta de $100 mil millones de Stoltenberg. Muchos aliados, sorprendidos por la cifra, han estado preguntando si la ayuda bilateral existente que se está entregando contaría hacia el compromiso de $100 mil millones, o si sería un compromiso completamente diferente. Hasta ahora, la OTAN no ha ofrecido una respuesta clara.
"Hay diferentes formas de asegurar que nuestro apoyo sea menos dependiente de ofertas voluntarias a corto plazo y más centrada en compromisos a largo plazo de la OTAN, y que tengamos una organización más fuerte que forje un marco más robusto para nuestro apoyo", dijo Stoltenberg ayer miércoles. "Y esto incluye asistencia de seguridad pero también entrenamiento, y también financiamiento."
Camille Grand, quien sirvió como secretario general asistente de la OTAN para inversión en defensa de 2016 a 2022 y ahora es un experto distinguido en política del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que la cifra de $100 mil millones era menos un plan concreto que una forma de comunicaciones estratégicas, es decir, un esfuerzo por decir, "pensemos en grande y actuemos para ayudar Ucrania."
La OTAN está levantando la mano para liderar, dijo, potencialmente con un ojo en el esfuerzo de la UE para liderar en defensa. Pero eso no significa que los países recaudarán el dinero, o que una futura administración Trump no podría arruinar el plan.
"Si la próxima administración decide acabar con todo el asunto, será complicado para los otros aliados decir, 'Oye, no puedes poner fin a esto. No estamos de acuerdo'”.
Emily Rauhala y John Hudson - The Washington Post.
Puedes leer el artículo original aquí.