La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, concluyó su visita a Pekín sin tener grandes avances sobre la relación de China y EEUU.
Esta visita, un importante intento de abordar el complejo de cuestiones que afectan a las relaciones entre Estados Unidos y China, concluyó con el compromiso de mantener abiertas las líneas de comunicación, aunque resolvió pocos de los retos subyacentes.
Yellen articuló las complejidades de las relaciones entre Estados Unidos y China durante una rueda de prensa, haciendo referencia en la necesidad de seguir trabajando.
Visita de la secretaria del tesoro de EEUU a China
La visita, la segunda de Yellen en nueve meses, demostró la postura activa de Estados Unidos para suavizar las fricciones económicas con China.
Yellen volvió a tratar antiguos agravios, incluido el tema del acero chino que inunda el mercado a precios por debajo del coste, una medida que afectó gravemente a las industrias estadounidenses.
Abogó por medidas de protección para salvaguardar a los sectores emergentes estadounidenses de amenazas similares, aunque sin insinuar ninguna acción de represalia.
Los debates de alto nivel formaron parte de la agenda de Yellen, incluido un diálogo de 80 minutos con el primer ministro chino Li Qiang.
Li destacó los "progresos constructivos" realizados durante la estancia de Yellen, apuntando hacia un posible cambio de la rivalidad a la asociación. Ambas naciones reconocieron el efecto estabilizador de una comunicación transparente en su relación bilateral.
Economía de China y sectores comerciales
También se centraron en la industria china de vehículos eléctricos, reconocida por sus agresivos esfuerzos de innovación y expansión del mercado.
El ministro chino de Comercio, Wang Wentao, hizo referencia en la dependencia del sector de una fuerte capacidad de producción, unas cadenas de suministro eficientes y una competencia abierta.
Un tema clave a lo largo de los debates fue la separación de las cuestiones económicas y comerciales de las preocupaciones políticas y de seguridad más amplias.
El primer ministro Li abogó por un enfoque global y orientado al mercado de la capacidad de producción, pidiendo que las cuestiones económicas se aborden independientemente de las agendas políticas.