El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que las naciones tienen el deber legal de proteger a sus ciudadanos de los efectos adversos del cambio climático.
Esta sentencia surgió de un caso encabezado por 2.000 mujeres suizas, y representó un triunfo significativo que podría dar forma a las políticas medioambientales de todo el continente.
El Tribunal Europeo, que opera con independencia de la Unión Europea, señaló el fracaso de Suiza a la hora de salvaguardar a las "Mujeres Mayores para la Protección del Clima".
Estas mujeres, con una edad media de 74 años, demostraron su mayor susceptibilidad a la creciente frecuencia de los fenómenos de calor extremo.
La decisión del tribunal europeo sobre el cambio climático
La decisión del tribunal subrayó la violación de los derechos de este grupo por parte de Suiza por sus insuficientes esfuerzos de reducción de emisiones y su incapacidad para frenar los impactos del cambio climático.
Este veredicto marca la primera instancia de un tribunal internacional que aborda el cambio climático, afirmando la obligación de los países de proteger a las personas de sus graves implicaciones.
Corina Heri, experta en litigios climáticos de la Universidad de Zúrich, lo calificó de coyuntura crítica.
Sugirió que el veredicto sienta las bases para nuevos desafíos legales en todos los Estados miembros del Consejo de Europa, extendiéndose desde los países de la UE hasta naciones como Gran Bretaña y Turquía.
La respuesta de Suiza, pronunciada por Alain Chablais en las audiencias, fue de cauteloso reconocimiento de la importancia del fallo.
Esto reflejó un reconocimiento más amplio entre los gobiernos de su papel crucial en la lucha contra el cambio climático, como destacó la presidenta del tribunal, la juez Siofra O'Leary.
Un precedente en Europa
Este caso repercutió más allá de Suiza, con demandantes de Portugal y Francia -que habían presentado demandas similares contra sus gobiernos viendo la victoria suiza como un faro de esperanza.
Aunque sus casos fueron desestimados, la victoria de las mujeres suizas establece una norma jurídica que puede reforzar futuros litigios climáticos en toda Europa.
Por otro lado la decisión fue celebrada por los activistas medioambientales, pero también introduce incertidumbres, especialmente si se compara con litigios anteriores sobre el clima, como la sentencia de 2019 en los Países Bajos.
Sin embargo, esta sentencia histórica sitúa innegablemente la crisis climática como una cuestión de derechos humanos, lo que podría anunciar una nueva era de responsabilidad jurídica por la acción climática en Europa y quizá en todo el mundo.