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Plan B de Biden sobre la inflación es echarle la culpa a Trump

Las presiones sobre los precios no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para garantizar los recortes en las tasas de interés que el presidente esperaba ver para noviembre, por lo cual su mensaje está evolucionando.

A medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre, el presidente Joe Biden enfrenta dificultades para controlar la inflación. (Foto: Kenny Holston/The New York Times).

Las presiones sobre los precios no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para garantizar los recortes en las tasas de interés que el presidente esperaba ver para noviembre, por lo cual su mensaje está evolucionando.

El presidente Joe Biden y su equipo económico tenían grandes esperanzas en cuanto a cómo evolucionaría la inflación en los meses previos a las elecciones presidenciales de noviembre.

El crecimiento de los precios continuaría enfriándose. La Reserva Federal recortaría las tasas de interés. Las tasas hipotecarias y otros costos de endeudamiento disminuirían. El ánimo de los consumidores mejoraría y también las perspectivas de reelección de Biden.

Lo que está sucediendo, en cambio, es más problemático. La lucha contra la inflación se ha estancado. Los precios al consumo están subiendo más lentamente que hace un año, pero aún se mantienen en una tasa de crecimiento anual que sobrepasa el objetivo del 2 % de la Fed.

Los inversionistas están recalibrando sus expectativas sobre cuándo —o incluso si— las tasas de interés podrían comenzar a bajar este año. Biden también se está recalibrando, en cuanto a pronosticador de la Fed, y como político.

El miércoles, después de que los últimos datos de inflación mostraran una aceleración inesperada en el aumento de precios, Biden intentó nuevamente asegurar a los votantes que se está concentrando en reducir el costo de los alimentos, la vivienda y otros elementos básicos de la vida cotidiana, diciendo en un comunicado que "luchar contra la inflación sigue siendo mi principal prioridad económica".

Luego se adentró en el complicado territorio de comentar sobre cómo la Fed, que es independiente de la Casa Blanca, podría establecer la política de tasas de interés en un año electoral.

"Me mantengo firme en mi predicción de que antes de que termine el año habrá un recorte de la tasa", dijo el presidente cuando le preguntaron sobre el informe del índice de precios al consumidor. "Esto puede retrasarlo un mes o algo así. No estoy seguro de eso. No sabemos con certeza qué va a hacer la Fed".

Un momento después, añadió una crítica velada a su oponente republicano, el expresidente Donald Trump.

"Estamos en una mejor situación que cuando asumimos el cargo en momentos en los cuales la inflación estaba disparándose", dijo Biden. "Y tenemos un plan para lidiar con ella, mientras que la oposición solo habla de dos cosas. Quieren reducir los impuestos para los ricos y aumentar los impuestos a otras personas".

Es un pequeño cambio para Biden, pero importante, ya que busca salir de un profundo hueco con los votantes en el tema de la inflación.

El índice de precios al consumo alcanzó un máximo de cuatro décadas de alrededor del 9 % al principio del mandato de Biden, pero ha caído durante los últimos dos años a alrededor del 3,5 % en marzo.

Los votantes continúan clasificando la inflación en la cima de su lista de problemas que enfrenta el país, y continúan calificando mejor a Trump en temas económicos que a Biden.

Trump supervisó un crecimiento de precios relativamente bajo como presidente y dejó el cargo con una tasa de inflación por debajo del 2 %, una resaca de la recesión pandémica, cuando el gasto del consumidor tardó en recuperarse después de que la economía nacional experimentara un cierre sin precedentes.

El crecimiento de precios estaba acelerándose cuando Biden asumió el cargo, y se disparó en sus primeros meses en el cargo. Esa inflación fue impulsada en parte por la legislación de estímulo económico firmada por Trump en 2020 y otra ronda firmada por Biden en la primavera de 2021, incluyendo cheques directos a los hogares.

Los matices de cómo crecieron las presiones inflacionarias no han importado para Trump y sus aliados, quienes han golpeado a Biden implacablemente sobre los precios.

"Nadie puede permitirse el costo de las fallidas políticas económicas de Biden", dijo el Comité Nacional Republicano en un comunicado el miércoles, "pero el alivio está en camino cuando los votantes elijan al presidente Trump el 5 de noviembre".

Biden ha amplificado recientemente un mensaje destinado a responder al descontento por la inflación. Ha propuesto esfuerzos generalizados para construir viviendas asequibles y nuevos créditos fiscales para ayudar a ciertos estadounidenses a comprar viviendas.

Su administración ha tomado medidas que se promocionan como promotoras de la competencia y la reducción de precios en varios sectores, incluido un intento de la Comisión Federal de Comercio de bloquear la fusión de dos grandes cadenas de supermercados, que los funcionarios dijeron que elevaría los precios para los compradores.

El presidente también ha señalado a los fabricantes de meriendas y otras empresas por lo que se describe como la reducción del tamaño de un producto como las papitas o el helado, mientras que los precios suben o se mantienen constantes (shrinkflation).

Asimismo, ha hecho presencia en una serie de eventos destinados a destacar otras propuestas para reducir los costos de algunos servicios, como el cuidado infantil y la atención a domicilio para ancianos o estadounidenses discapacitados.

Ahora, está añadiendo un contraste político mientras trata de presentar a Trump y a los republicanos como desinteresados en el trabajo político real de luchar contra la inflación y como barreras a sus propias propuestas.

Todo el ejercicio ha sido validado por encuestas de votantes y cómo responden al mensaje económico. Los estrategas demócratas han instado a Biden a culpar a la codicia corporativa por la inflación persistente y a atacar a Trump por reducir los impuestos a los de grandes ingresos mientras estaba en el cargo.

Ambos mensajes calan consistentemente bien con los votantes, incluyendo a los independientes y otros grupos que se perfilan como bloques críticos de votantes indecisos en noviembre.

Los demócratas también han comenzado a atacar a Trump por proponer imponer nuevos aranceles a las importaciones de China y otros países. Las investigaciones han mostrado que los aranceles a China, aunque destinados a castigar a Pekín, en última instancia elevaron los costos para los consumidores estadounidenses.

Pero también hay una especie de impotencia política subyacente al cambio. A diferencia de Trump, que como presidente acosaba a los "cabezas huecas" de la Fed para que bajaran las tasas, Biden se ha abstenido de decirle al banco central independiente qué hacer. Tiene pocas esperanzas de aprobar alguna legislación contra la inflación en el Congreso este año.

Sus ayudantes admiten que las acciones ejecutivas que puede tomar para reducir los costos probablemente sean marginales, en el mejor de los casos, en el contexto de aumentos de precios en toda la economía.

Jim Tankersley - The New York Times.

Puedes leer el artículo original aquí.

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