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Jornaleros serán dueños de su propio negocio en Maryland

Los miembros de la primera cooperativa de obreros de la construcción son hombres y mujeres latinoamericanos y africanos. La iniciativa tiene el respaldo legal, técnico y de entrenamiento de CASA

CASA Maryland
Los miembros de la nueva cooperativa podrán participar en las licitaciones para proyectos de construcción de los gobiernos estatal y local. Foto: CASA

A su ostensible sello de activismo social, la organización pro inmigrante CASA está a punto de poner a rodar otra marca en Maryland: el cooperativismo, una forma de organización colectiva, cuyos ejemplos en América Latina cuando logran afirmarse son una respuesta social y económica contra la pobreza.

Sus integrantes son hombres y mujeres jornaleros de América Latina y África. Ellos por consenso, decidieron llamarla WCBW Cooperativa Trabajadores sin Fronteras. Estos días se están afinando los últimos detalles para inscribirla legalmente en abril; a partir de entonces estará jurídicamente acreditada para participar en todas las licitaciones en construcción, renovación y mantenimiento que los gobiernos estatal y local y las empresas privadas necesiten.

CASA venía acariciando una alternativa a la mano de obra jornalera a través del cooperativismo. Los reclutó y para ellos organizó talleres intensivos y especializados durante varios meses; les ofreció asistencia legal, académica, talleres vocacionales, entrenamiento laboral en varias disciplinas; y, clases de inglés.

El modelo de cooperativismo en construcción es nuevo e innovador en el área metropolitana. Foto: CASA

“Nuestra idea es respaldarlos hasta que logren afianzarse y caminar con sus propios pies, después los dejaremos que sigan solos porque como decimos en mi pueblo no se trata de llevarles el pescado sino enseñarles a pescar”, dijo Lindolfo Carballo, director del Departamento de Desarrollo Económico Comunitario de CASA.

María Inés Gómez hace un año y tres meses llegó a vivir en Maryland. En Chile era ama de casa y aquí estaba desempleada y no veía por dónde coger camino. Esperando encontrar algo se enteró que se estaba formando una cooperativa de trabajadores en CASA. “Fui a ver si había alguna oportunidad para mí, me gustó la idea y dije vamos adelante”.

Desde entonces nunca ha faltado a los talleres académicos y prácticos. “Ni en sueños me imaginé que haría esto, no ha sido fácil, hemos necesitado mucha disciplina, constancia y responsabilidad, pero si dios nos ayuda con el tiempo ayudaremos a más gente para que se una a nosotros”, señaló Gómez.

María Inés Gómez es una de las mujeres miembros de la cooperativa de construcción que pronto comenzará a trabajar en Maryland. Foto: María Inés Gómez

Lo que están haciendo es replicar iniciativas parecidas que existen en sus países. Muchos de los miembros han sido sindicalistas y líderes sociales que llegaron aquí porque huyendo de la persecución, es el caso de Carballo a cargo de sacar adelante la cooperativa. Él era un activista de los derechos humanos y del movimiento estudiantil en El Salvador fue un perseguido político que llegó aquí en 1990.

Una firma de abogados ha trabajado con ellos para definir las responsabilidades, las reglas de juego y los derechos. Otros consultores los han entrenado en tareas prácticas de construcción como pintura, instalación de muebles, lacados y mucho más.

Juan Pablo Garzón tiene más de una década de experiencia como asesor técnico en construcción en DC y tuvo a cargo cubrir el currículum en áreas complementarias para este modelo de negocio. “Han aprendido a leer planos arquitectónicos y de ingeniería para que sepan cómo construir. Esos conocimientos los han aplicado a proyectos reales. Ahora estamos trabajando en estimaciones de costos y los factores a tener en cuenta”, explicó.

Preparar propuestas para someterlas a licitación y los códigos de construcción y de vivienda son otras áreas que ya están entrenados.

Con sello de minoría

La cooperativa está integrada por hombres y mujeres, algunos con experiencia en construcción y otros no. No solo serán trabajadores sino también dueños en igual proporción y eso para muchos no es una novedad, porque si no han sido parte al menos han visto cómo funciona el cooperativismo en sus países.

CASA tiene talleres permanentes y en diferentes disciplinas para todos los interesados en aprender una nueva ocupación laboral. Foto: CASA

Una vez legalizada la cooperativa se la inscribirá como compañía de minorías. Las obras que se financian con fondos federales, estatales y locales demandan diversidad étnica en la mano de obra y el encabezado de minoría les puede dar más oportunidades.

“Lo bonito de esto es que no serán trabajadores respondiendo a un empleador, no tendrán un solo dueño, ellos serán los dueños de su compañía”, dice Carballo. Él informó que en estos días recibirán computadoras portátiles para que aprendan a manejarlas porque serán esenciales para su trabajo.

Con la cooperativa puesta a rodar en Maryland, CASA comenzará el mismo proceso de reclutamiento, entrenamiento académico y práctico para quienes quieran sumarse a esta iniciativa. El plan no es crear otra sino seguir aumentando el número de socios, para eso los nuevos integrantes tienen que recibir igual tiempo de preparación.

“Vamos a darles todo el respaldo y hacer lo que esté en nuestras manos para que tengan éxito, porque de esta primera iniciativa va a depender que comencemos a crear otras cooperativas para los trabajadores de la limpieza, de cuidados de niños y de ancianos y para los vendedores ambulantes, estos grupos son de nuestro máximo interés, puesto que mucha de nuestra gente trabaja en estos campos”, dijo Carballo.

Los miembros de la cooperativa han sido entrenados en todas las áreas que tienen que ver con las labores de construcción. Foto: CASA

Un modelo innovador

Según Garzón, el modelo de cooperativa en vivienda tiene una historia de más de 30 años en DC; sin embargo “el cooperativismo que CASA está desarrollando en construcción es nuevo e innovador porque agrupa a trabajadores con cierta experiencia en esta área y les da una estructura para que sus miembros obtengan los beneficios directos de su trabajo”.

La respuesta de los trabajadores y trabajadoras, dice Garzón, ha sido muy positiva, han aprendido mucho y una vez que toman confianza inundan con preguntas y las clases académicas se convierten en talleres. Los veo realmente motivados”, aseguró.

El aval de excelencia en los entrenamientos vocacionales y de inglés que ofrece CASA a toda la mano de obra que pasa por sus centros de capacitación tiene la rúbrica de Montgomery College, Maryland University y de Prince George College, centros académicos con los que tiene alianzas.

Todos los futuros cooperativistas recibieron certificados que corroboran los entrenamientos que han recibido durante varios meses. Foto: CASA

“CASA ha crecido tremendamente, administramos edificios del gobierno local en el condado de Montgomery pero también somos dueños de varias instalaciones para ofrecer servicios en Langley Park, Silver Spring, Rockville y Wheaton, la cooperativa podrá participar en las licitaciones para hacer mantenimiento”, señaló Carballo.

El centro de capacitación de Wheaton sirvió de modelo a los futuros cooperativistas para las prácticas de pintura. Gómez fue una de las mujeres que se entrenó pintando esas paredes. “Jamás había cogido una brocha ni un rodillo y quiero seguir perfeccionando la técnica porque me encantó”, dice convencida de que “la cooperativa pude ser la oportunidad para ayudar a salir a mucha gente que realmente está pasando muy mal porque no hay trabajo”, puntualizó.

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