El mes de marzo de este año representó la persistencia de unas tasas de inflación elevadas, lo que plantea importantes retos para las estrategias de política monetaria de la Reserva Federal. El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), excluidos los alimentos y la energía, marcó un incremento anual del 2.8%.
Esta tasa no sólo se mantuvo estable con respecto a las cifras de febrero, sino que también superó ligeramente la previsión del 2.7%, según informó el Departamento de Comercio este viernes.
Si se tienen en cuenta los sectores más volátiles de la alimentación y la energía, el índice general de precios PCE escaló hasta el 2.7%, superando también las predicciones. Los datos intermensuales revelaron un aumento constante del 0.3% tanto en las medidas subyacentes como en las totales, alineándose con el crecimiento de febrero y las expectativas del mercado.
Reacciones del mercado
A pesar de estas estadísticas, las reacciones del mercado siguieron siendo moderadas, con un aumento marginal del optimismo sobre posibles reducciones de tipos. La probabilidad de bajadas de tipos más adelante en el año subió hasta el 44%, según la herramienta FedWatch del CME Group.
No obstante, George Mateyo, director de inversiones de Key Wealth, aconsejó cautela. Comentó que las expectativas de resolver la inflación y recortar los tipos prematuramente podrían estar fuera de lugar, haciendo hincapié en la importancia de que se enfríe el mercado laboral antes de que la Reserva Federal pueda plantearse tales acciones.
El comportamiento de los consumidores en marzo mostró solidez, con un aumento del gasto personal del 0.8%, ligeramente por encima del 0.7% previsto. Esta subida se produjo incluso cuando la tasa de ahorro personal cayó al 3.2%, un descenso notable respecto al año anterior.
Lucha contra la inflación desde el inicio de la pandemia
La persistencia de la inflación, especialmente evidente en el sector servicios con una subida mensual del 0.4%, desafía continuamente a la Reserva Federal, que pretende reducir la inflación a un objetivo del 2%.
Este objetivo se superó sistemáticamente durante los tres últimos años, lo que representa la prolongada lucha contra la inflación desde su fuerte aumento durante los primeros días de la pandemia.
Además, el panorama económico más amplio sigue siendo tenso, con informes recientes que muestran una tasa de inflación anualizada del 3.4% en el primer trimestre, junto con un modesto crecimiento del 1.6% del producto interior bruto, muy por debajo de las expectativas.
Este escenario económico probablemente solidifique la intención de la Reserva Federal de mantener los tipos de interés actuales hasta el verano, a menos que se produzcan cambios significativos en los datos.