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Los estándares contra la contaminación son esenciales para los latinos

Nuestras comunidades viven y respiran las consecuencias de siglos de desarrollo basado en las industrias de combustibles fósiles y su incesante búsqueda de lucro

contaminación latinos
Raúl García es el Vicepresidente de Política y Legislación de Earthjustice. Foto cortesía

La lucha contra el cambio climático no es de índole política para la comunidad latina. Para nosotros, es algo personal. Es personal porque vivimos y respiramos las consecuencias de siglos de desarrollo basado en las industrias de combustibles fósiles y su incesante búsqueda de lucro.

Es personal porque dos de cada cinco latinos viven a menos de 30 millas de una central eléctrica, mientras que un número significativo vive cerca de autopistas con las emisiones de los tubos de escape flotando constantemente por sus vecindarios. 

Respirar aire sucio es peligroso para todos, incluso para aquellos que están sanos, pero para una persona con una condición preexistente, en particular para un niño, puede ser mortal. De hecho, los niños latinos tienen un 40 por ciento más de probabilidades de morir de asma en comparación con los niños blancos no hispanos. Sabemos que la contaminación del aire por sí sola le cuesta a cada estadounidense aproximadamente $2,500 al año en gastos médicos adicionales, incluidas las familias latinas de clase trabajadora que luchan con los costos de atención médica.

Como vicepresidente de Políticas y Legislación de Earthjustice, ayudo a dar forma a las políticas climáticas y de salud ambiental, incluyendo abogar por las comunidades latinas en todo el país que están indiscutiblemente en la primera línea de la crisis climática.

Nuestro objetivo no es cambiar palabras en un pedazo de papel, sino crear cambios políticos reales y concretos que resulten en mejoras verdaderas para la salud de nuestras comunidades y en la forma en que lidiamos con las catástrofes que crea el cambio climático.

Los latinos y la lucha contra la contaminación

Gracias al trabajo que hemos realizado como comunidad, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha vuelto a encaminarse para cumplir con su mandato de proteger la salud humana y el medioambiente después de años de retroceso bajo la administración Trump.

El mes pasado, la EPA anunció estándares más estrictos para los vehículos livianos, lo que evitará que se liberen más de 7 mil millones de toneladas de contaminación de carbono y acelerará la adopción de tecnologías de vehículos limpios. Esto nos beneficiaría a todos al crear empleos bien remunerados y al mismo tiempo ahorrarles dinero en combustible y mantenimiento.

También celebramos recientemente la finalización de los límites de contaminación por hollín, la primera actualización en más de 12 años, que reducirán de manera drástica la peligrosa y mortal contaminación por partículas que afecta a más de 63 millones de estadounidenses.

Los niños, las personas mayores, las comunidades de color y las personas con enfermedades crónicas ahora pueden respirar mejor, sabiendo que estarán más seguros de los efectos tan conocidos y generalizados de este importante contaminante industrial.

La EPA estima que este cambio salvará miles de vidas por año y eliminará 800,000 casos de síntomas de asma por año.

Y eso no es todo. Esta primavera, se espera que la EPA establezca un nuevo Estándar de Mercurio y Tóxicos del Aire (MATS, por sus siglas en inglés) para continuar construyendo sobre su exitoso legado de 12 años.

Los estándares vigentes han permitido reducir en un 90% la contaminación por mercurio derivada de las centrales eléctricas y, al mismo tiempo, reducir la contaminación por partículas peligrosas.

Los expertos estiman que este nuevo estándar protegerá a las familias estadounidenses de 5 millones de toneladas de contaminación por carbono, 800 toneladas de hollín y 82 libras de mercurio.

Inversiones en la agenda climática

Más allá de la EPA, el gobierno de Biden continúa invirtiendo activamente en su agenda climática, ya sea en la fabricación de baterías, vehículos eléctricos o estaciones de carga. Estas inversiones están transformando la industria del transporte, crean empleos bien remunerados en los Estados Unidos y estimulan la economía. Las ciudades han comenzado a reemplazar su flota de autobuses de combustible, utilizados tanto por viajeros como por niños, por otros más ecológicos.

También se ha puesto a disposición de los latinos y otros grupos afectados una serie de incentivos que hacen que los vehículos limpios sean más asequibles. Gracias a la Ley para la Reducción de la Inflación, existen varios créditos fiscales para aquellos interesados en comprar un vehículo eléctrico que no creen poder pagarlo.

A medida que avanza la tecnología, muchas de las preocupaciones de los consumidores sobre los vehículos eléctricos desaparecen. La carga de las baterías está durando más, y este enero, la Administración Biden anunció que invertirá más de 600 millones de dólares en estaciones de carga nuevas para los vehículos eléctricos en todo el país.

Agradecemos a la Administración por todos los esfuerzos realizados para reducir la contaminación por carbono. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. Necesitamos un liderazgo federal fuerte para responsabilizar a los grandes contaminadores por la contaminación que arrojan a nuestras comunidades.

Debemos continuar defendiendo estos estándares importantes para proteger nuestra salud, el clima y el medioambiente, especialmente de los escépticos del clima en el Congreso que no solo minimizan los impactos de la contaminación en nuestras comunidades, sino que también rechazan la ciencia.

Necesitamos que la Administración Biden actúe con rapidez para que termine de establecer Soluciones para la Contaminación que sean sólidas, que tomen medidas firmes contra el carbono y otras toxinas, y brinden justicia ambiental a nuestras comunidades.

Raúl García es el Vicepresidente de Política y Legislación de Earthjustice. Dirige un equipo de defensores que trabajan con los legisladores en el Congreso, las agencias federales y la Casa Blanca para promover algunos de los temas políticos más importantes en torno al clima, la salud ambiental y la biodiversidad.

Este artículo forma parte de la campaña Tiempo de Acción, un proyecto del diario Tiempo Latino y MEL una agencia de comunicaciones integradas, propiedad de minorías y liderada por hispanos.  La iniciativa busca contribuir y favorecer la conciencia y las acciones climáticas en favor de las comunidades hispanas en EEUU.

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