Investigadores de la Universidad de Glasgow en el Reino Unido desarrollaron una antena innovadora para comunicaciones inalámbricas que podría ser fundamental para el futuro sistema de comunicaciones 6G.
El prototipo, conocido como antena dinámica de metasuperficie (DMA), puede ser controlado mediante un circuito reconfigurable de alta velocidad integrado en un chip, ofreciendo un rendimiento sin precedentes.
Este sistema opera en la banda de ondas milimétricas (mmWave) de 60 GHz, siendo el primero en el mundo en hacerlo.
Ventajas de la DMA en comunicación dirigida y consumo de energía
La DMA tiene el potencial de desplegar una variedad de aplicaciones inalámbricas de próxima generación en la banda mmWave, gracias a su capacidad para modelar haces de comunicación y dirigir múltiples haces simultáneamente.
Además, su capacidad para enfocar la señal con precisión en el dispositivo objetivo en nanosegundos mejora la confiabilidad y la velocidad, al tiempo que reduce el consumo de energía.
La velocidad mejorada de transferencia de datos podría llevar a la creación de imágenes holográficas en tiempo real, así como a experiencias más fluidas de realidad virtual y realidad mixta.
Se espera que esta tecnología tenga un impacto significativo en la comunicación, la obtención de imágenes y la detección de objetos en tiempo real, con aplicaciones potenciales en la atención médica, vehículos autónomos y sistemas de radar de alta resolución.
Reto de la interferencia ambiental en el desarrollo del 6G
Recientes pruebas realizadas por científicos japoneses demostraron la viabilidad de velocidades de hasta 100 Gbps a más de 90 metros de distancia en interiores y exteriores, utilizando bandas de 100 GHz y 300 GHz respectivamente.
Sin embargo, el desafío principal del 6G radica en la interferencia ambiental debido al uso de frecuencias más altas, lo que requerirá nuevas infraestructuras de transmisión y amplificación para su implementación exitosa.