El Ayuntamiento de Chicago está tomando medidas para aplicar una nueva ordenanza destinada a controlar las protestas ruidosas y molestas dirigidas específicamente a una notable clínica de salud femenina del centro de la ciudad, reseña Chicago Tribune.
El l concejal Bill Conway, del distrito 34, encabezó esta medida, que ha superado con éxito el comité de Seguridad Pública del Ayuntamiento y ahora se enfrenta al concejo en pleno.
El objetivo principal de la ordenanza es la restricción de los niveles de ruido perturbadores causados por el uso de amplificadores y otros dispositivos para aumentar el sonido en el exterior de la clínica Family Planning Associates, situada en la intersección de West Washington Boulevard y North Desplaines Street, en la bulliciosa zona de West Loop.
El concejal Conway compartió sus experiencias: los manifestantes apoyaban los amplificadores contra la infraestructura de la clínica, lo que provocaba vibraciones que interrumpían la comunicación esencial entre los profesionales sanitarios y sus pacientes.
Una versión anterior de esta normativa tropezó con obstáculos el pasado mes de noviembre, pausada por las impugnaciones legales destacadas por los abogados de la ciudad. Sin embargo, se han hecho modificaciones para fortificar la ordenanza contra posibles disputas legales, gracias a los esfuerzos del abogado de la ciudad Rey Phillips Santos.
Durante el debate legislativo, algunos concejales, entre ellos Nick Sposato, del distrito 38, y Jim Gardiner, del distrito 45, expresaron su recelo ante posibles infracciones de las libertades de la Primera Enmienda. Sposato, en particular, cuestionó por qué la ordenanza se dirigía únicamente a las clínicas abortistas en lugar de aplicarse de forma generalizada en varios locales.
Por el contrario, defensores como la concejal Maria Hadden, del distrito 49, argumentaron que la ordenanza equilibra hábilmente el derecho constitucional a protestar con la necesidad de mantener un entorno ordenado y seguro en torno a los centros sanitarios. No pretende suprimir la expresión, sino moderar su volumen a niveles razonables.
Ahora que la ordenanza se acerca a una votación decisiva en el pleno del Ayuntamiento de Chicago, las expectativas de su aprobación son altas, lo que refleja el optimismo del concejal Conway. Su posible aprobación podría, en efecto, establecer un nuevo marco para las ciudades que se esfuerzan por armonizar los derechos de los manifestantes con la necesidad primordial del orden público y el acceso a la sanidad.