En EEUU, la tasa de robos de armas de fuego desde vehículos se triplicó desde 2013, convirtiendo a estos medios de transporte en la principal fuente de armas robadas en el país, según un informe reciente publicado por el grupo de seguridad de armas Everytown.
La importancia de abordar este fenómeno
La gravedad de este creciente problema radica en la dificultad para rastrear las armas robadas, las cuales suelen ser posteriormente utilizadas en otros delitos, según destaca el informe.
Este hecho subraya la urgencia de abordar la seguridad en torno a la tenencia de armas de fuego, especialmente debido a las consecuencias potenciales de su uso indebido.
Datos alarmantes
Everytown llevó a cabo un análisis de casi una década de datos de crímenes del FBI en 337 ciudades de 44 estados en EEUU, con una población combinada de aproximadamente 63 millones de personas.
Los resultados revelaron que la tasa de robos de armas desde vehículos en estas ciudades se disparó, pasando de aproximadamente 21 robos por cada 100.000 personas en 2013 a una cifra de 63 robos por cada 100.000 personas en 2022.
En 2022, se robaron alrededor de 62.000 armas de un total de 112.000 armas reportadas como robadas, lo que representa aproximadamente el 51% de las armas sustraídas de vehículos.
De manera preocupante, en promedio, se roba al menos un arma de un vehículo cada nueve minutos en Estados Unidos, resaltando la magnitud de este problema creciente.
Contexto y detalles
Este aumento en los robos de armas desde vehículos coincidió con un incremento en la posesión de armas, adultos portando armas en público y la proliferación de leyes que facilitan llevar armas en público sin un permiso estricto.
Un dato es que la tasa de robos de armas desde vehículos fue notablemente más alta en ciudades situadas en estados con leyes laxas de seguridad de armas.
Ciudades como Memphis, Atlanta, St. Louis, Richmond y San Antonio ocuparon las cinco primeras posiciones en cuanto a tasas más altas de robos de armas en vehículos, mientras que ciudades en estados como Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey registraron tasas más bajas de robos de este tipo.
Sin embargo, es clave tener en cuenta que estas cifras son probablemente conservadoras, dado que solo alrededor de un tercio de los estados exigen que los propietarios de armas informen sobre la pérdida o robo de una arma, según datos del Giffords Law Center to Prevent Gun Violence.
Asimismo, el estudio se basó únicamente en datos de ciudades que reportan información de crímenes al FBI.