Estudios recientes hicieron saltar las alarmas sobre el efecto secundario vinculado a los agonistas del GLP-1, muy utilizados en el control de la diabetes y la obesidad, provocando parálisis estomacal.
Las investigaciones realizadas a partir de bases de datos de pacientes señalan que las personas que toman estos medicamentos se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar esta afección, rara pero grave, que las que no utilizan estos tratamientos.
Aunque aún están pendientes de revisión por pares, tres estudios preliminares presentados durante la Semana de las Enfermedades Digestivas 2024 en Washington revelaron que, si bien los agonistas del GLP-1 son beneficiosos para la reducción de peso, podrían plantear amenazas ocultas.
Estadounidenses corren el riesgo de desarrollar parálisis estomacal
En concreto, Novo Nordisk informa de que aproximadamente 25.000 estadounidenses inician cada semana el tratamiento con Wegovy, un agonista del GLP-1 líder en el mercado.
Los fármacos están diseñados para frenar el apetito desacelerando el proceso digestivo, lo que puede provocar involuntariamente vómitos severos y parálisis estomacal detectable durante las evaluaciones médicas.
El Dr. Prateek Sharma, un destacado investigador de la Universidad de Kansas, subrayó que aunque las probabilidades de sufrir gastroparesia son bajas, el impacto es notablemente profundo.
El Dr. Michael Camilleri, sostiene que las metodologías convencionales de ensayo podrían pasar por alto ciertos casos al centrarse en el vaciado gástrico líquido en lugar de en el sólido, que ofrece una descripción más clara de la gastroparesia.
Mayo Clinic on Digestive Health (El libro de Mayo Clinic sobre la salud del sistema digestivo)
Pruebas en la universidad de Kansas y en hospitales universitarios de Cleveland
Las pruebas indican que los individuos que utilizan agonistas del GLP-1 presentan un 50% más de probabilidades de que se les diagnostique esta afección.
Por ejemplo, un análisis realizado por los Hospitales Universitarios de Cleveland utilizando la base de datos TriNetX, que incluía datos de más de 286.000 pacientes, reveló una tasa de diagnóstico de gastroparesia del 0,1% en los usuarios de GLP-1, en contraste con el 0,04% en los no usuarios.
Un análisis adicional realizado por la Universidad de Kansas reveló un aumento del 66% de los casos de gastroparesia entre los tratados con estos fármacos, lo que se traduce en que uno de cada 200 pacientes sufre esta complicación.
Estas personas suelen experimentar tasas elevadas de náuseas, vómitos y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que a veces requieren tratamientos médicos como inhibidores de la bomba de protones u operaciones de extirpación de la vesícula biliar.