El presidente Biden tiene previsto firmar una nueva Orden Ejecutiva para gestionar la afluencia de migrantes, limitando las solicitudes de asilo y denegando rápidamente la entrada cuando las llegadas superen un tope diario.
Esta medida pretende controlar la frontera a medida que se acercan las elecciones de noviembre. La orden podría promulgarse ya el martes, según fuentes bien informadas.
Esta orden ejecutiva es la respuesta de Biden tras el fracaso de un proyecto de ley bipartidista de control fronterizo a principios de este año.
Aunque los cruces irregulares disminuyeron recientemente debido a los mayores esfuerzos de control fronterizo de México, la inmigración sigue siendo un tema crítico Los republicanos siguen criticando a Biden por percibir una gestión inadecuada de la frontera.
La nueva medida pretende frenar el posible aumento de los cruces de inmigrantes, que suele producirse cuando bajan las temperaturas y se intensifican las campañas electorales.
Nuevas medidas de Biden buscarían limitar la entrada de migrantes por la frontera
Biden presentó anteriormente iniciativas de menor envergadura para disuadir la inmigración y agilizar la tramitación del asilo, afirmando que utiliza al máximo sus poderes ejecutivos para gestionar la migración fronteriza sin el apoyo del Congreso.
Actualmente, las discusiones en torno a la Orden Ejecutiva están en curso, sin que se tomara aún una decisión definitiva. Las restricciones propuestas pretenden aliviar el desbordado sistema de asilo estadounidense.
La administración planea dar prioridad a la tramitación acelerada de los inmigrantes que ya se encuentran en el país, en particular de aquellos con antecedentes penales o considerados no aptos para el asilo.
La administración considera elementos del proyecto de ley del Senado, previamente estancado, que pretende limitar los encuentros diarios a una media de 4.000, incluidas las llegadas programadas a través de la aplicación CBP One.
En la actualidad, unos 1.450 solicitantes consiguen citas de asilo diarias
Una táctica propuesta es la expulsión automática de los inmigrantes una vez que la frontera alcance el umbral especificado, mediante un proceso complicado que dificulte el retorno.
Esto supondría un giro más brusco respecto a la política del Título 42 de la era de la pandemia, que permitía un reingreso más fácil a los migrantes deportados.
Las unidades familiares que llegan a la frontera sur en busca de asilo suelen ser puestas en libertad a la espera de que se resuelva su caso.
Sin embargo, más de dos millones de casos de inmigración atascan los tribunales, provocando esperas prolongadas y un limbo legal para las personas.
Las autoridades estadounidenses instan a los migrantes a que soliciten citas legales o pidan asilo desde sus lugares actuales, como Colombia, Guatemala y Costa Rica, para frenar los viajes peligrosos.
La administración de Biden adoptó políticas fronterizas más conservadoras en medio de las crecientes críticas republicanas. La gran afluencia procedente de México sigue siendo un reto importante, agravado por los conflictos mundiales y el cambio climático.
La Orden Ejecutiva propuesta utilizaría la autoridad de la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite al Presidente bloquear la entrada si plantea riesgos para el interés nacional.
Los recientes esfuerzos republicanos por bloquear la legislación que incorpora estas medidas demuestran el estancamiento del Congreso en la reforma de la inmigración.
Proyectos de ley planteados en EEUU sobre migración
A pesar de las negociaciones bipartidistas y del apoyo del Consejo Nacional de la Patrulla de Fronteras, el proyecto de ley se estancó después de que el expresidente Trump instara a los republicanos a bloquearlo.
Funcionarios de la Casa Blanca no confirmaron la inminente firma de la orden. El portavoz Angelo Fernández Hernández reiteró el compromiso de la administración con el control fronterizo y citó el bloqueo de medidas adicionales por parte de los republicanos.
Las recientes aprobaciones presupuestarias del Congreso proporcionan recursos para los centros de detención de inmigrantes y la vigilancia tecnológica, lo que sugiere un progreso gradual en el endurecimiento de los controles de inmigración.
Sin embargo, las acciones ejecutivas pueden enfrentarse a desafíos legales, lo que plantea incertidumbres sobre la aplicación inmediata y la eficacia a largo plazo de las restricciones al asilo propuestas.
La administración sigue equilibrando las medidas restrictivas con la ampliación de las vías legales para la migración, aunque éstas están previstas para fases futuras.