¿Preferiría encontrarse sola en el bosque con un oso o con un hombre? Esta pregunta suscitó debate en TikTok, revelando diferencias entre la percepción de la seguridad de hombres y mujeres.
Curiosamente, muchas mujeres eligen al oso, sorprendiendo a los hombres. Las reacciones a este debate representan una importante laguna en la comprensión de las experiencias de las mujeres.
Mujeres prefieren estar solas en un bosque con un oso que con un hombre, según TikTok
La preferencia de las mujeres por el oso se deriva de toda una vida en la que aprenden a anticipar la violencia masculina, especialmente la sexual, una amenaza ausente cuando se enfrentan a un oso.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente una de cada tres mujeres en el mundo -alrededor de 736 millones- sufre violencia física o sexual a lo largo de su vida, principalmente por parte de agresores masculinos.
Por el contrario, los ataques de osos son extremadamente raros. En 15 años sólo se produjeron 664 ataques de osos en todo el mundo, y muy pocos resultaron mortales. Los osos evitan a los humanos a menos que se les provoque o estén protegiendo a sus crías.
Esta preferencia por los osos representa una distinción importante: no implica que todos los hombres sean peligrosos, sino que las mujeres no pueden discernir fácilmente qué hombres suponen un riesgo.
Debate en redes sociales tras diferencias de seguridad entre hombres y mujeres
La violencia masculina y el derecho sobre el cuerpo de las mujeres siguen siendo omnipresentes, lo que obliga a las mujeres a permanecer vigilantes.
Aunque la mayor parte de la violencia contra las mujeres procede de hombres conocidos, el peligro potencial de los desconocidos influye en las decisiones y los comportamientos cotidianos.
Las investigaciones demuestran que las mujeres alteran su comportamiento -como elegir rutas o atuendos específicos- para evitar el acoso o los abusos de los hombres en público. La académica Fiona Vera-Gray se refiere a esto como "trabajo de seguridad".
Este "trabajo de seguridad" representa la energía silenciosa que gastan las mujeres para protegerse, una realidad comentada por la escritora Emma Pitman con su analogía de una pirámide humana.
En esta analogía, el silencio de algunos hombres sobre los abusos forma la base, que sostiene a otros que se dedican a bromas misóginas o a la violencia.
El continuo de la misoginia, que va desde los espectadores pasivos hasta los abusadores activos, conforma las realidades cotidianas de las mujeres.
Mujeres dudan de su seguridad
Desde los hombres que ignoran el acoso hasta los que justifican la violación, esta cultura apoya a los depredadores, asegurando que las mujeres vivan en constante vigilancia.
Los hombres suelen reaccionar a la defensiva ante los debates sobre la violencia machista, aduciendo con frecuencia argumentos del tipo "no todos los hombres".
Esto se hizo especialmente evidente cuando las redes sociales estallaron tras el asesinato de Sarah Everard a manos de un agente de policía en 2021.
El hashtag #NotAllMen fue tendencia, demostrando una desconexión común. El hecho de que la policía aconsejara a las mujeres que no caminaran solas por la noche ilustró cómo la sociedad a menudo hace recaer en ellas la responsabilidad de evitar la violencia.
Este debate ofrece una oportunidad crucial para que los hombres comprendan los temores de las mujeres y contribuyan a la solución, en lugar de ser el problema.
Reconociendo esto, los hombres pueden ir más allá de sus privilegios y su ignorancia, enfrentándose a verdades incómodas para abordar los problemas sistémicos de la violencia de género.