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Apoyar a la juventud latina de nuestra región es una misión compartida

Lupi Quinteros-Grady es presidenta y directora ejecutiva del Centro Juvenil Latinoamericano (LAYC) / FOTO: CORTESÍA

La capital de la nación es la historia de dos ciudades que cuentan historias sumamente diferentes: una de gran riqueza y otra de gran pobreza. Los hogares latinos ganan 1.5 veces menos que el ingreso promedio de los hogares blancos en el Distrito Electoral 1, donde reside casi una quinta parte de los residentes latinos en DC. Y más de la mitad de las familias hispanas en el área de Washington, D.C. batallan para saber de dónde vendrá su próxima comida.

Estos problemas son demasiado grandes para ser resueltos por una sola organización o individuo. En cambio, requieren un esfuerzo coordinado en múltiples sectores para garantizar que nuestros vecinos tengan los recursos que ellos necesitan.

Como Presidenta y Directora Ejecutiva del Centro Juvenil Latinoamericano (LAYC, por sus siglas en inglés), entiendo el importante papel que desempeña LAYC para garantizar que nuestros jóvenes estén conectados con recursos para cubrir sus necesidades.

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El personal de LAYC es testigo de primera mano de las disparidades y los desafíos que enfrentan nuestros jóvenes en el sistema educativo y en el acceso a oportunidades de trabajo y recursos para satisfacer sus necesidades básicas. El enfoque de LAYC es empoderar a los jóvenes para que hagan una transición exitosa a la edad adulta con una programación integral que aborde sus necesidades sociales, académicas y profesionales. Para apoyar a nuestros jóvenes, LAYC valora asociarse con agencias gubernamentales, empresas/sector privado, escuelas y otras organizaciones sin fines de lucro.

Yo llegué a este país cuando tenía siete años desde El Salvador. No hablaba inglés, pero mis padres me inculcaron un gran respeto por la educación y el trabajo duro. Llegué a LAYC cuando era joven y, a través de la programación de LAYC desarrolle la confianza, la autodefensa y las habilidades de comunicación que me han servido hasta el día de hoy. Más de 20 años después, ahora dirijo LAYC, una organización que atiende a aproximadamente a 4,500 jóvenes cada año en DC y los condados de Prince George y Montgomery en Maryland.

El personal de LAYC tiene la intención de crear un espacio seguro que no juzgue y sea acogedor para todos nuestros jóvenes, proporcionándoles un sentido de pertenencia. Ofrecemos tutoría durante todo el año y ayuda con las tareas, preparación para la universidad, servicios de preparación y colocación laboral, programas de vivienda transitoria para jóvenes sin hogar, educación sobre salud sexual y pruebas de ITS. Estos son solo algunos de los muchos programas diseñados para abordar las múltiples necesidades de los jóvenes a los que servimos.

Para abordar los desafíos que enfrenta nuestra ciudad, LAYC ha trabajado con muchos socios y continúa construyendo asociaciones sólidas. Por ejemplo, para abordar la inseguridad alimentaria, LAYC ha colaborado con organizaciones como DC Central Kitchen, Capital Area Food Bank, SevaTruck, Feed the Fridge, que opera en el Centro Juvenil y Familiar Rita Bright y en nuestro sitio de Prince George. También nos hemos asociado con empresas como DoorDash.

Por ejemplo, DoorDash dona vales de comida a LAYC, que distribuimos como regalos navideños cada año para los jóvenes a los que servimos. Esta asociación proporciona a los jóvenes que padecen inseguridad alimentaria comidas entregadas directamente en su puerta, cubriendo una necesidad que de otro modo no estaría satisfecha. Asociaciones exitosas como estas han ayudado a garantizar que los recursos de nuestros socios se utilicen de manera efectiva para abordar los problemas locales, aprovechando de manera efectiva las profundas raíces de LAYC y la confianza con las comunidades a las que servimos, que hemos construido durante décadas y continuamos construyendo.

Aun así, a pesar de que asociaciones como estas tienen un impacto real, no son suficientes. Los problemas que afectan gravemente a las comunidades carentes de servicios en nuestra región surgieron de factores sistémicos más extensos entrelazados con el racismo y opresión. Aunque podemos aliviar algunos de los peores efectos de la pobreza y la disparidad de recursos, no podemos trabajar solos para resolver los problemas o proporcionar el apoyo necesario a largo plazo para cerrar la brecha de riqueza y acabar con el hambre de una vez por todas.

Estos desafíos son más grandes que cualquier organización, pero tenemos el poder de lograr un avance real si trabajamos juntos. Enfocarnos en temas como la inseguridad alimentaria, la educación y el empleo en asociación con empresas y otras organizaciones con los recursos para marcar la diferencia nos permitirá reducir las disparidades que enfrentan los jóvenes de nuestra región y construir comunidades más fuertes.


Lupi Quinteros-Grady e presidenta y directora ejecutiva del Centro Juvenil Latinoamericano (LAYC)

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