Los meteorólogos federales anunciaron un cambio significativo en los patrones climáticos mundiales, señalando el final del poderoso fenómeno "El Niño". Ahora nos encontramos en la fase intermedia "ENSO-neutral", según el Centro de Predicción del Clima.
El término "ENSO-neutral" se refiere a un estado en el que las temperaturas de la superficie del mar en el océano Pacífico no son ni más cálidas ni más frías de lo habitual.
Sin embargo, los expertos federales predicen que La Niña, un patrón climático que aumenta el potencial de huracanes en la cuenca atlántica, surgirá probablemente durante los próximos meses de verano.
85% de probabilidades de que el fenómeno de La Niña persista hasta invierno 2024-25
La Niña influye significativamente en los patrones meteorológicos al debilitar la cizalladura del viento sobre el Mar Caribe y el Atlántico tropical.
Como resultado, crea condiciones favorables para el desarrollo y la intensificación de las tormentas. Este año, los meteorólogos prevén una temporada de huracanes hiperactiva para la cuenca atlántica, con estimaciones que sugieren hasta 33 tormentas con nombre, frente a la media de 14.
Por el contrario, El Niño suele suprimir la actividad ciclónica en el Atlántico. Sin embargo, este fenómeno también contribuye al aumento de las temperaturas globales, complicando la narrativa climática más amplia.
Con su marcha, el escenario está preparado para que La Niña tome el relevo, introduciendo nuevos retos y riesgos.
Para comprender estos cambios, debemos profundizar en las características de estos fenómenos meteorológicos.
¿Por qué se denomina "El Niño"?
El Niño hace referencia a "el niño pequeño" o "el niño Jesús", y se caracteriza por temperaturas de la superficie del mar más cálidas de lo normal en el Pacífico tropical central y oriental.
Los pescadores de las costas sudamericanas observaron por primera vez este fenómeno en el siglo XVII, alrededor de la época navideña, de ahí su nombre.
El Niño y La Niña forman parte del ciclo climático más amplio de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Mientras que El Niño trae aguas oceánicas más cálidas, La Niña marca condiciones más frías que la media. El periodo intermedio, cuando ninguno de los dos es dominante, se conoce como "ENSO-neutral".
El reciente El Niño, entre los cinco más fuertes registrados, se entrelazó con el cambio climático para elevar las temperaturas globales.
"El final de El Niño no significa una pausa en el cambio climático a largo plazo, ya que nuestro planeta seguirá calentándose debido a los gases de efecto invernadero que atrapan el calor", declaró Ko Barrett, secretario general adjunto de la Organización Meteorológica Mundial.
Aunque La Niña aún no llega, los meteorólogos federales se mantienen alerta
"El equipo sigue favoreciendo que La Niña surja en algún momento de los meses de verano", afirma el pronóstico del Centro de Predicción Climática, situando las probabilidades en un 65%.
Esta proyección subraya la urgencia de prepararse, sobre todo teniendo en cuenta el potencial de La Niña para intensificar la actividad de los huracanes.
Mientras navegamos a través de las condiciones neutrales del ENSO, la transición hacia La Niña conlleva su propio conjunto de expectativas.
Los inviernos típicos de La Niña en Estados Unidos tienden a traer frío y nieve al noroeste, al tiempo que provocan condiciones inusualmente secas en los estados del sur.
Por el contrario, las regiones del sureste y del Atlántico medio suelen experimentar temperaturas superiores a la media durante estos periodos.
Mientras tanto, Nueva Inglaterra y el Alto Medio Oeste hasta Nueva York se enfrentan a condiciones más frías que la media.
Impacto de los fenómenos meteorológicos en el ambiente
Con el impacto de El Niño todavía evidente en las recientes temperaturas récord, el mundo se prepara para los efectos contrastados que podría traer La Niña.
La evolución del ciclo climático sigue acaparando nuestra atención, lo que insta a adoptar un enfoque proactivo de los ajustes climatológicos y la preparación ante las catástrofes.