La inminente ola de calor en EEUU amenaza al Medio Oeste y al Noreste con temperaturas peligrosamente altas la próxima semana. Las autoridades sanitarias instan a los residentes a prepararse para garantizar su seguridad.
Durante el fin de semana, los estados del sur ya sintieron el empuje de la ola de calor, lo que provocó avisos y advertencias que afectaron a casi 61 millones de personas en todo el país.
Esta evolución se produce tras una ola de calor inusualmente temprana en el suroeste la semana pasada, que llevó a ciudades como Phoenix a temperaturas de tres dígitos.
Phoenix rozó los 112 grados Fahrenheit el sábado, siete grados por encima de la media histórica para el 15 de junio, pero por debajo de los máximos históricos de 115 grados registrados en 1896 y 1974.
Ola de calor afectaría al noreste y medio oeste
A nivel mundial, el año fue testigo de altas temperaturas sin precedentes, con tres cuartas partes de la población soportando al menos un mes de calor extremo.
El año pasado, Estados Unidos registró el mayor número de olas de calor desde 1936, lo que supuso un año muy duro para el sur y el suroeste del país.
El calor se intensificará el domingo en las regiones centrales, desplazándose gradualmente hacia el este. Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), esta ola podría batir récords diarios de temperatura en múltiples zonas.
La cúpula de calor, que atrapará aire caliente en la atmósfera, empeorará las condiciones, pudiendo durar hasta el fin de semana.
Regiones desde Texas hasta Maine serán testigos de la extrema ola de calor, con poco alivio durante la noche. El domingo, el calor pasará de las Llanuras a los Grandes Lagos y al Alto Valle del Ohio, alcanzando el Noreste el martes.
El meteorólogo del NWS, William Churchill, afirma: "Las temperaturas máximas de mediados a finales de los 90 en el Atlántico Medio y Nueva Inglaterra son significativas, especialmente a estas alturas del verano".
La humedad exacerbará el malestar, haciendo que las temperaturas parezcan de 105 grados en algunas regiones. Existe incluso una baja probabilidad de que el norte de Maine alcance los 100 grados, una anomalía señalada por el meteorólogo David Roth.
La inusual ola de calor subraya la necesidad de tomar medidas proactivas
Pittsburgh activará una alerta por calor excesivo a partir del lunes, ya que las previsiones sugieren que las temperaturas podrían igualar o superar el récord anterior de 95 grados, haciendo que parezca que se alcanzan los tres dígitos.
Esto marcaría la ola de calor más severa en Pittsburgh desde 1988. Del mismo modo, Detroit podría enfrentarse a sus peores temperaturas en dos décadas, superando los 100 grados por primera vez desde julio de 2012.
Las temperaturas nocturnas podrían descender hasta los 70 grados, proporcionando un respiro temporal. Sin embargo, el calor prolongado plantea graves riesgos para la salud.
Las enfermedades relacionadas con el calor, que suelen empezar con calambres musculares, pueden escalar hasta el agotamiento por calor y la insolación.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman en unas 1.220 las muertes anuales debidas al calor extremo en EEUU.
Los síntomas del agotamiento por calor incluyen sudoración abundante, piel pálida y náuseas; las víctimas deben ser trasladadas a un lugar más fresco y rehidratadas.
Los síntomas de la insolación son más graves, como confusión y temperaturas corporales muy altas. La atención médica inmediata es crucial en estos casos.
Temperaturas altas en EEUU podrían generar riesgos de salud
Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) predice un aumento de las muertes relacionadas con el calor entre 2036 y 2065 debido al aumento de las temperaturas.
El autor principal, el Dr. Sameed Khatana, destacó el papel del cambio climático en el agravamiento de las disparidades sanitarias, que afectan especialmente a los niños pequeños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas.
Para combatir la ola de calor, los expertos recomiendan permanecer en interiores con aire acondicionado, mantenerse hidratados y evitar las actividades al aire libre durante los picos de calor.
Las comunidades deben abrir centros de refrigeración y distribuir recursos como ventiladores. Vigilar a los vecinos, especialmente a los más vulnerables, puede salvar vidas.
Con las predicciones de temperaturas severas, la planificación y el apoyo de la comunidad son clave para capear con seguridad la próxima ola de calor.