Hubo épocas en las que Jefferson Vásquez tenía que estudiar y al mismo tiempo mantener dos trabajos para ayudar a sus padres. Eran semestres de estrés y cansancio físico y mental, sin intervalos para hacer las tareas y prepararse para los exámenes.
Según el informe que acaba de hacerse público sobre los estudiantes latinos en Montgomery College, ellos se están matriculando en números nunca antes vistos, pero son los más rezagados académicamente y registran las cifras más bajas de graduación y continuación de sus estudios. ¿La razón?, la misma que relata Vásquez, la cual con sus ligeras diferencias es como un espejo de mil caras que se repite una y otra vez.
Los latinos eran el 25% del alumnado en 2021, por eso el Departamento de Educación de Estados Unidos designó a Montgomery College como la primera una Institución de Servicios Hispanos, en Maryland, lo que le facilita aplicar a fondos federales en favor de los estudiantes de esta etnia.

En el 2023, el 29% del alumnado de Montgomery College era latino. Sin embargo, aun cuando el número va al alza, no pasa lo mismo con los profesores y el personal administrativo hispano. La aspiración es que este reporte remedie estos desequilibrios.
“Los estudiantes latinos no pasaron del 10 al 30% de la noche a la mañana en Montgomery College y de esta realidad ya no nos podemos esconder, necesitamos respuestas”, dice Glenda Hernández, catedrática de esta institución y quien lideró al equipo multidisciplinario durante 18 meses para hacer público este reporte.
La presión de los grupos de base hispanos en el condado de Montgomery y la designación del Departamento Educación de Estados Unidos como una Institución de Servicios Latinos aligeraron la necesidad de actualizar las estadísticas del grupo que más llena las aulas de Montgomery College.
El informe cumple con el objetivo de señalar de dónde vienen y qué estudian los latinos; no obstante, revela que el que sean mayoría no se traduce en facilidades, compresión de sus necesidades y más presencia de hispanos entre el profesorado y personal administrativo.

Hace falta más comprensión sobre los determinantes sociales y económicos que hacen que el rendimiento académico y la transferencia a universidades no sean los óptimos. “La realidad es que muchos vamos a clases cansados y muy pelados de estrés. Algunos tenemos becas, pero están las necesidades y la pobreza de nuestros hogares y como para la vida no hay becas nos toca sacrificar nuestros sueños”, señala Jefferson Vázquez. Él está muy agradecido por la excelente experiencia académica de Montgomery College que le permitirá continuar con sus estudios de medicina en Maryland University.
La presencia de más profesores y personal administrativo hispano se torna indispensable asegura Hernández. “Sabemos que si tenemos una nómina académica que se parezca a los estudiantes y haya vivido la misma experiencia hay el triple de posibilidades de que lleguen a la universidad”, agregó
Recomendaciones a tomar en cuenta
Jermaine F. Williams, presidente Montgomery College, asegura, en prólogo del informe, que se desarrollará un plan para poner en práctica las recomendaciones. “Trabajamos para garantizar una tasa de culminación de estudios del 50% para todos los grupos de estudiantes, independientemente de la categoría demográfica. También presentaremos solicitudes para subvenciones y becas federales que estén específicamente relacionadas al trabajo de las HSI (instituciones de servicio para latinos)”.
Entre las recomendaciones están: contar con estadísticas actualizadas y más específicas de cada grupo del alumnado latino, aumentar la contratación de profesores, personal administrativo y puestos de liderazgo para hispanos y solicitar regularmente la opinión de la comunidad latina, estudiantes y empleados para asegurar que se está respondiendo a las necesidades educativas y laborales de este grupo.
“Las cifras de profesores no han cambiado y diría que incluso han decrecido. Entre 2017 y 2022 teníamos 35 académicos, en 2023, éramos 33. En donde hay una ligera variación hacia el alza es en el personal, pero no se dice que muchas veces esos trabajadores son de limpieza, pero no hemos aumentado en áreas donde más los necesitamos”, puntualiza Hernández.
Biología es un caso puntual donde más se necesitan. Todos los alumnos deben pasar esta asignatura y es donde muchos no logran vadear ese filtro. “De eso tenemos que hablar y reaccionar con soluciones”, insiste Hernández.

¿Y ahora qué?, la pregunta del millón
¿Quiénes son los estudiantes latinos de Montgomery College?, con cinco mil 157 alumnos son la mayoría. El grupo más grande (35%) tiene raíces salvadoreñas, un 8% guatemaltecos y 7% de Honduras, el resto de otras naciones latinoamericanas y otros estados.
¿Qué estudian?, por lo general profesiones menos costosas (justicia criminal, especialistas en sonografía, ciencias sociales y administración). La proporción es menor en carreras relacionadas con ciberseguridad, ciencias de la informática, enfermería y las relacionadas con química, biología e ingeniería.
“Se necesita -según este reporte- más investigación y asistencia para reducir las barreras que limitan el acceso de los latinos a profesiones altamente remuneradas y de gran demanda, como informática y salud”.
Ni sus padres ni sus maestros entendían por qué Vásquez, nacido en Maryland, era tan inquieto. Más tarde le diagnosticaron que sufría de déficit de atención. “Me habría gustado que me ayudaran antes para enfocarme en las matemáticas que me iban mal”, dice al tiempo que defiende el argumento de primero hay que entender la realidad de los jóvenes latinos antes de estigmatizarlos con el mote de los menos estudiosos.
“Desde bien chiquito era el traductor de mi mamá y de mi abuela, mis hermanitos se enfermaban gravemente y no iba a la escuela porque pasaba en los hospitales traduciendo. Era al que primero los doctores le daban los terribles diagnósticos. Eso me hizo fuerte, no fui un niño de playstation, me tocó ser adulto antes de tiempo, negociando que nos bajen las cuentas de la luz y el agua, ahora dicen que soy como un anciano atrapado en el cuerpo de un joven”, cuenta Vásquez.
Esas particularidades, por ser muy comunes entre los latinos, son la que Hernández cree deben ser tomadas en cuenta para ayudarlos académicamente. “Estas estadísticas tienen que ser conocidas por la comunidad para que nos ayuden a avanzar. No podemos responder eficazmente si no entendemos quienes somos”, asegura Hernández.
Una vez que la fotografía de las cifras de los estudiantes latinos está completa, el interrogante es: ¿Y ahora qué? “Esa es la pregunta del millón que le estamos haciendo a nuestra administración”, apunta Hernández.