La Casa Blanca y la campaña del presidente Biden respondieron el viernes a la trágica muerte de Jocelyn Nungaray, una niña de 12 años, en Houston.
La investigación reveló que los sospechosos acusados de asesinato capital eran inmigrantes indocumentados.
Descubrimiento del crimen de Jocelyn en Houston
El cuerpo de Jocelyn Nungaray lo encontraron el lunes en un arroyo poco profundo. La niña fue estrangulada según el informe forense.
Un portavoz de la Casa Blanca expresó que “nuestros corazones están con la familia y los seres queridos de Jocelyn Nungaray”.
Añadió que “no podemos comentar sobre casos de aplicación de la ley activos, pero fundamentalmente, cualquier persona declarada culpable de este tipo de crimen atroz e impactante debe rendir cuentas, con todo el peso de la ley”.
Detención de los sospechosos
Johan José Martínez-Rangel, de 22 años, y Franklin Peña, de 26, son los arrestados y acusados del asesinato de Nungaray en Houston.
Los dos hombres ingresaron ilegalmente al país este año y fueron liberados en Estados Unidos por la patrulla fronteriza, según informaron las autoridades de inmigración.
Contexto político
La respuesta de la Casa Blanca se produce en un contexto donde la inmigración y la seguridad fronteriza se han vuelto temas clave para los votantes de cara a las elecciones de noviembre.
Según una encuesta de NBC News de abril, el 22% de los votantes registrados considera que la inmigración y la situación en la frontera son los problemas más importantes del país.
El expresidente Donald Trump responsabilizó a las políticas fronterizas de la administración Biden por la muerte de Nungaray.
En una declaración en Truth Social el jueves, afirmó: “tenemos una nueva matanza de inmigrantes de Biden. Sólo va a empeorar y todo es culpa del corrupto Joe Biden”.
En respuesta, la campaña de Biden señaló el papel de Trump en el fracaso de un acuerdo fronterizo bipartidista en el Congreso.
Una revisión de NBC News de datos de junio mostró que los niveles generales de criminalidad están disminuyendo en las principales ciudades que recibieron la mayor cantidad de inmigrantes de Texas, incluidas Chicago, Nueva York y Washington, DC.
La muerte de Nungaray es el último caso de un presunto asesinato cometido por inmigrantes, lo que generó polémicas políticas, a pesar de que estudios demostraron que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer delitos que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos.