Una pareja de Virginia Occidental fue acusada en octubre de 2023, de tratar como esclavos a cinco niños afroamericanos que adoptaron.
Jeanne Whitefeather y Donald Lantz enfrentan múltiples cargos, entre ellos trata de personas, negligencia infantil, violación de derechos humanos y trabajos forzados.
Ambos se declararon inocentes durante la lectura de cargos a mediados de este mes.
Su juicio está previsto para septiembre, informaron medios locales esta semana.
Investigación y denuncias sobre los niños en Virginia Occidental
El caso salió a la luz el año pasado cuando los vecinos de la familia alertaron a la Policía del condado de Kanawha, sobre la situación de los niños, quienes habían sido adoptados de un refugio para jóvenes sin hogar y vulnerables.
En una llamada al 911 a principios de octubre, se denunció que los niños eran "obligados a trabajar en el campo" y "no se les permitía entrar a la casa".
Condiciones deplorables
Durante un control de bienestar en la casa de Whitefeather y Lantz, los agentes forzaron la entrada a un pequeño granero sin ventanas junto a la vivienda.
Allí encontraron a dos adolescentes, de 14 y 16 años, quienes afirmaron haber estado encerrados durante unas 12 horas. Los adolescentes vestían ropa sucia y olían mal.
Según los documentos judiciales, uno de ellos tenía "llagas abiertas en los pies descalzos". En la residencia también se halló a una niña de 9 años en una habitación pequeña.
"Los niños no tenían medios para salir del granero por sí solos, no tenían agua corriente ni instalaciones sanitarias y, obviamente, estaban privados de cuidados higiénicos y alimentos adecuados", detalló el departamento del sheriff en un comunicado.
La policía arrestó a la pareja y los niños fueron puestos bajo el cuidado de los servicios de protección infantil
Inicialmente, Whitefeather y Lantz pagaron una fianza combinada de $400.000. Sin embargo, fueron detenidos nuevamente este mes después de que un juez aumentó sus fianzas a $500.000 cada uno, y permanecen en una cárcel regional.
Esclavitud moderna
En mayo, un gran jurado acusó a la pareja de violaciones a los derechos humanos por maltratar a sus cinco hijos adoptivos.
La jueza de circuito Maryclaire Akers explicó que los niños fueron perseguidos "por su raza" y utilizados "básicamente como esclavos".
Los fiscales sostienen que la pareja obtenía beneficios económicos del tráfico de personas y que se mudaron a Virginia Occidental el año pasado tras enterarse de que enfrentaban investigaciones por negligencia infantil en el estado de Washington.
Whitefeather, a través de su abogado, Mark Plants, negó "enfáticamente" las acusaciones contra ella y su esposo.
El abogado describió el granero donde se encontraron a los jóvenes como una "casa club de adolescentes" y calificó toda la situación como "un simple y llano malentendido". Whitefeather había declarado a la Policía que a sus hijos les "gustaba" el cobertizo.