El reciente debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump podría describirse mejor como la competencia de quién mete menos la pata contra quien luce vivo, pero diciendo muchas falsedades.
En una esquina, está Trump que no soportaría un detector básico de mentiras y en la otra, tenemos a Biden, cuya actuación fue tan "impresionante" que un historiador la calificó como "la peor en la historia de los debates televisados".
En efecto Thomas Whalen, historiador presidencial de Massachusetts, calificó la actuación de Biden como "vergonzosa", llegando incluso a considerarla la peor en la historia de los debates televisados. Esta evaluación tan dura refleja un sentimiento generalizado entre los observadores políticos y el público en general
Por otro lado, este desastre podría representar una oportunidad dorada para los demócratas: transformar este cataclismo en un trampolín hacia una victoria que parece cada vez más esquiva.
Un revés para el Partido Demócrata
Si, si Biden hubiera hecho algo más que balbucear como villano de película de vaqueros, durante su tiempo en el escenario, probablemente no estaríamos escribiendo este artículo. Pero ¿y si este revés fuera exactamente lo que el partido necesitaba?
"En muchos sentidos, el verdadero ganador de este debate probablemente será un candidato de un tercer partido como Robert Kennedy Jr.", dijo Whalen.
"Para aquellos que detestan a ambos candidatos y que vieron este debate, no creo que hayan quedado convencidos de votar por ninguno de los dos, pero ahora podrían estar más abiertos a considerar a un candidato de un tercer partido".
Imaginen un nuevo candidato (a), fresco y energético, listo para entrar en la arena. Este gladiador o amazona política podría no solo recuperar el vigor perdido, sino relegar la edad y la falta de elocuencia de Biden a un pasado necesario para impulsar el nuevo futuro del partido demócrata.
Aunque el debate podría haber sido un fiasco de proporciones épicas para Biden, podría ser precisamente el desastre que los demócratas necesitan para despertar y captar el aroma del café marca cambio.
En un giro irónico, lo que es el peor momento de la campaña presidencial podría, de hecho, ser la chispa que encienda un nuevo fuego en el Partido Demócrata, pero para lograrlo el señor presidente tiene que dar un paso al costado.
