Los cruces de inmigrantes de México a Estados Unidos se desplazaron de un estado a otro en los últimos meses, por ello, el sector californiano de San Diego es ahora el principal punto de entrada de inmigrantes indocumentados.
Este giro marca un cambio significativo, ya que San Diego superó a Texas en encuentros fronterizos por primera vez en décadas, según datos publicados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
En abril 37.370 personas cruzaron ilegalmente en el sector de San Diego y se entregaron a la Patrulla Fronteriza para solicitar asilo. El total más alto ese mes en Texas fue de 30.393 en el sector de El Paso.
Influencia de las políticas federales
Este cambio en los patrones de cruce se alinea con las nuevas políticas federales introducidas por el presidente Joe Biden, que incluyen un tope diario 2.500 encuentros ilegales en la frontera por día.
Pasado ese umbral, los funcionarios pueden deportar a los solicitantes de asilo. El ascenso de San Diego como punto caliente pone de relieve cómo las políticas federales y las cambiantes rutas migratorias configuran la dinámica de la inmigración estadounidense.
"Están siendo devueltos y no tenemos cifras oficiales, hemos estado tratando de obtener más información pero la CBP ha estado bastante silenciosa", dijo Enrique Morones, fundador y director ejecutivo de Gente Unida.
Históricamente, la frontera entre Texas y México fue la más transitada, sobre todo en los sectores del Valle del Río Grande y El Paso. Las recientes medidas de aplicación de la ley y los ajustes operativos redirigieron estos flujos hacia el oeste.
El protagonismo de San Diego ilustra la naturaleza adaptable de las rutas migratorias, influidas por la política, la geografía y la actividad de aplicación de la ley.
Durante más de 2 meses, la última orden ejecutiva del presidente Biden supuestamente tenia como objetivo hacerse con el control de la frontera como una solución temporal en ausencia de una legislación bipartidista, pero los grupos de ayuda humanitaria dicen que la medida sola exacerbo los desafíos que ya enfrentan los inmigrantes,
La directora ejecutiva de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, Lilian Serrano, expresó su preocupación por las cuestiones migratorias. "Lo que estamos viendo es que los inmigrantes llegan a nuestras comunidades en busca de seguridad y un gobierno federal que parece no poder o no querrá procesarlos”
Presiones y desafíos
San Diego, famosa por sus pintorescas playas y su bulliciosa vida urbana, se enfrenta ahora al aumento de los cruces. La logística de procesar, alojar y apoyar a un número creciente de solicitantes de asilo supone un reto para las autoridades federales y locales.
A pesar del aumento, la política de Biden de limitar las entradas diarias significa que muchos inmigrantes esperan en la frontera durante días o incluso semanas antes de que se puedan tramitar sus solicitudes de asilo.
Estos retrasos crearon preocupaciones humanitarias entre los grupos de defensa, que argumentan que los solicitantes de asilo no deberían enfrentarse a esperas prolongadas.
A medida que aumentan los cruces en San Diego, los responsables políticos se enfrentan a la presión de abordar tanto la seguridad fronteriza como las necesidades humanitarias.
Por eso, estados como Texas y Arizona estuvieron implementando sus propias medidas migratorias, lo que dificulta que los solicitantes de asilo crucen la frontera, por ello, obliga a un número récord de inmigrantes a ingresar a través de California.
Los patrones emergentes de San Diego reflejan tendencias más amplias en la política de inmigración estadounidense. A medida que evoluciona el panorama, la región se mantiene a la vanguardia de una conversación nacional sobre migración y asilo, subrayando las complejidades de gestionar una frontera dinámica.
En los próximos meses, San Diego será probablemente un indicador crítico de cómo se adaptan las políticas de inmigración estadounidenses a las cambiantes realidades sobre el terreno.