En el panorama de la atención sanitaria, la inteligencia artificial (IA) aparece a menudo como una solución transformadora. Sin embargo, destacados expertos en cáncer del NHS advierten de que esta tecnofilia podría estar desviando la atención al paciente.
Su reciente publicación en la revista Lancet Oncology revela los riesgos de exagerar la IA como remedio para la crisis del cáncer.
El documento critica que el NHS se centre en "soluciones novedosas" como las nuevas pruebas diagnósticas, considerando estos avances como "balas mágicas" que no abordan la naturaleza sistémica de la atención al cáncer.
¿La dependencia de la IA puede aumentar conocimientos sanitarios?
Los autores sostienen que una dependencia excesiva de la IA puede ampliar las brechas para las personas con escasos conocimientos digitales o sanitarios.
Instan a adoptar un enfoque de "vuelta a lo básico", que incluye aumentar el número de personal, centrarse en áreas esenciales como la cirugía y la radioterapia, y establecer una unidad de transferencia de tecnología para integrar tratamientos probados en la práctica habitual.
Sin duda, la IA trae consigo promesas impresionantes, ya que ofrece capacidades que podrían racionalizar la carga de trabajo de los especialistas y acelerar procesos como el diagnóstico del cáncer.
La IA es una herramienta de trabajo "equilibrada"
El documento, dirigido por el oncólogo Ajay Aggarwal, no descarta por completo la IA. Por el contrario, hace referencia a la importancia de una perspectiva equilibrada. "La IA es una herramienta de flujo de trabajo, pero ¿mejorará la supervivencia? Hasta ahora tenemos pruebas limitadas de ello", afirma Aggarwal.
Hace referencia al papel insustituible de los profesionales humanos en la atención al paciente, desde la toma de historiales hasta la cirugía, pasando por la empática tarea de dar noticias difíciles.