Innumerables hogares y empresas de toda la región de Houston siguen sin suministro eléctrico, posiblemente hasta la próxima semana, afectando a miles de residentes.
El huracán Beryl dejó a más de un millón de clientes sin electricidad en medio de las altas temperaturas del verano, lo que supuso importantes retos para muchos.
Los cortes de electricidad paralizaron las infraestructuras locales, afectando a hospitales, residencias asistidas y plantas de tratamiento de agua.
Proveedores de servicios públicos de Houston se enfrentan a quejas
La frustración hacia el principal proveedor de servicios públicos de Houston, CenterPoint Energy, va en aumento.
CenterPoint Energy trabaja incansablemente para reparar los daños, pero unos 500.000 clientes podrían carecer de electricidad hasta la próxima semana. "Sabemos que aún nos queda mucho trabajo por hacer", declaró Jason Ryan, vicepresidente ejecutivo de CenterPoint.
Temperaturas elevadas aumentan la amenaza en Houston tras no contar con servicios públicos
El calor empeora la miseria, con temperaturas constantemente en los 90, y el índice de calor podría alcanzar los 106 grados, lo que supone una grave amenaza sin las medidas de refrigeración adecuadas.
En medio de estas condiciones sofocantes, una mujer de 71 años murió después de que su máquina de oxígeno fallara debido al apagón, y el condado de Harris documentó al menos dos casos de intoxicación por monóxido de carbono debido al uso inadecuado del generador.
La preocupación por el agua se suma a la crisis, con 135 plantas de tratamiento de aguas residuales fuera de servicio y avisos generalizados de hervir el agua en ocho condados afectados. Los esfuerzos para distribuir agua continúan, pero la necesidad sigue siendo crítica.
Hospitales de Houston son amenazados por la falta de electricidad
Los informes de un residente de Houston que amenazó a un trabajador de CenterPoint ponen de manifiesto la desesperación que sienten muchos. El sheriff del condado de Fort Bend, Eric Fagan, hizo un llamamiento a la contención, subrayando que no se tolerarían tales acciones.
Los hospitales locales, clasificados en estado de "desastre interno", luchan bajo la carga. Más de 40 clínicas de diálisis se enfrentan a cortes de suministro, lo que urge a los funcionarios a acelerar la reubicación de pacientes y distribuir recursos esenciales, como generadores.
Las instalaciones de desbordamiento, incluido un estadio deportivo cubierto, acogen a los pacientes cuando los hospitales alcanzan su capacidad.