Los científicos descubrieron el lunes una cueva en la luna, situada a sólo 250 millas del lugar de aterrizaje del Apolo 11. Este avance, encabezado por un equipo dirigido por italianos, pone de relieve el potencial de los refugios lunares naturales para alojar a los astronautas.
El equipo compartió sus hallazgos en Nature Astronomy. Utilizando mediciones de radar del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA, compararon estos resultados con los tubos de lava de la Tierra.
La cueva podría albergar a astronautas
Estos análisis muestran que la cueva es accesible desde la fosa más profunda conocida de la Luna, formada por tubos de lava colapsados. Aunque los datos del radar sólo revelan la entrada de la cueva, los investigadores estiman que tiene al menos 130 pies de ancho y varias decenas de metros de largo.
"Las cuevas lunares han sido un misterio durante más de 50 años", declararon Leonardo Carrer y Lorenzo Bruzzone, de la Universidad de Trento. "Ha sido estimulante demostrar por fin la existencia de una", dijeron en un correo electrónico.
Estas fosas, situadas principalmente en antiguas llanuras de lava, podrían existir también en el polo sur de la Luna.
La NASA planea alunizar allí astronautas a finales de esta década, atraídos por los cráteres en sombra permanente que se cree que contienen agua congelada. Este recurso podría ser crítico, ya que proporcionaría agua potable y combustible para cohetes.
Esta cueva podría proteger de rayos cósmico y radiación solar
El descubrimiento de estas cuevas lunares, potencialmente centenarias, tiene importantes implicaciones para la seguridad de los astronautas. Estos refugios naturales podrían proteger de los rayos cósmicos, la radiación solar y los impactos de micrometeoritos.
Mientras que la construcción de nuevos hábitats sería compleja y llevaría mucho tiempo, estos tubos de lava ofrecen una alternativa ya hecha, aunque podrían necesitar refuerzos para evitar derrumbes.
Además, estas cuevas podrían proporcionar a los científicos información inestimable sobre la historia geológica de la luna. Protegido de las duras condiciones de la superficie, el material del interior de estas cuevas podría ofrecer una ventana al pasado, en particular a sus actividades volcánicas.
Reflexionando sobre el contexto histórico, el programa Apolo vio alunizar a 12 astronautas, empezando por el icónico aterrizaje de Neil Armstrong y Buzz Aldrin el 20 de julio de 1969. Más de cinco décadas después, el descubrimiento de esta cueva reaviva el espíritu pionero de la exploración lunar.