Una oleada de inmigrantes inició el domingo una caravana desde Ciudad Hidalgo, una ciudad fronteriza del sur de México, con destino a la frontera sur de Estados Unidos.
Esta nueva caravana está integrada por unos 3.000 migrantes provenientes de países de Centroamérica, Suramérica y África.
Varios integrantes del grupo comentaron a los medios que tienen la intención de alcanzar la frontera con Estados Unidos antes de las elecciones de noviembre, ya que temen que, si Donald Trump resulta ganador, podría llevar a cabo su compromiso de cerrar las puertas a quienes buscan asilo.
“Corremos el riesgo de que nos bloqueen los permisos (para cruzar la frontera)”, expresó Miguel Salazar, un migrante de El Salvador.
Salazar, junto con muchos otros, teme que una nueva administración Trump detenga la emisión de citas a través de la aplicación CBP One, un recurso crucial para los solicitantes de asilo que pretenden entrar legalmente en EEUU.
Actualmente, la app sólo está operativa una vez que los inmigrantes llegan a Ciudad de México o a los estados del norte de México.
En el grupo hay inmigrantes que llevaban semanas en Ciudad Hidalgo, a la espera de permisos de viaje para dirigirse hacia el norte.
Caravana de inmigrantes
Su partida subraya una estrategia que los migrantes han utilizado en los últimos años: viajar en grandes caravanas para mitigar riesgos como los ataques de las bandas o la detención por parte de las autoridades de inmigración mexicanas.
A pesar de esta estrategia, la historia demuestra que estos grupos suelen disolverse en el sur de México debido a lo agotador del viaje.
Un reto que complica su viaje son los controles más estrictos impuestos por las autoridades mexicanas, que han restringido los viajes en autobús y tren a la frontera estadounidense.
Los migrantes sin visado rara vez consiguen permisos de viaje, y muchos se enfrentan a la detención y al transporte de vuelta a las ciudades del sur desde los puestos de control del centro y del norte.
Oswaldo Reyna, un migrante cubano de 55 años, lamentó los retos a los que se enfrentan. Tras cruzar de Guatemala a México hace 45 días, pasó sus días en Ciudad Hidalgo antes de unirse a esta caravana. Reyna criticó la reciente retórica de Trump, que presenta a los migrantes como si intentaran "invadir" EEUU.
“Nosotros no somos delincuentes. Somos gente trabajadora que salió de su país para salir adelante en la vida, porque en nuestra patria estamos padeciendo muchas necesidades”, declaró a AP News.