Boeing reconoció oficialmente su responsabilidad en los dos accidentes de sus aviones 737 MAX, que se cobraron la vida de 346 personas en Etiopía e Indonesia.
Los fiscales determinaron que Boeing incumplió un acuerdo previo sobre estos incidentes ocurridos hace más de cinco años.
A la luz de esta admisión, Boeing debe pagar ahora $244 millones adicionales en concepto de sanciones. Esta suma se suma al peaje financiero y de reputación al que ya se ha enfrentado la empresa debido a estos trágicos sucesos.
Incumplimiento del acuerdo de Boeing
El acuerdo original, destinado a hacer frente a los accidentes, incluía estipulaciones específicas que se esperaba que Boeing cumpliera.
El incumplimiento de este acuerdo provocó las actuales ramificaciones legales y financieras. Los fiscales hicieron referencia a la gravedad del descuido de Boeing y las consiguientes consecuencias.
Los accidentes del vuelo 610 de Lion Air en octubre de 2018 y del vuelo 302 de Ethiopian Airlines en marzo de 2019 impactaron profundamente en la industria de la aviación y en la confianza pública.
Los dos accidentes de los aviones 737 MAX fueron ocasionados por fallas mecánicas
Ambos incidentes estuvieron relacionados con el mal funcionamiento del Sistema de Aumento de las Características de Maniobra (MCAS), un sistema de control de vuelo diseñado para evitar que la aeronave entrara en pérdida.
El mal funcionamiento provocó caídas en picado involuntarias e incontrolables, que condujeron a los accidentes poco después del despegue.
La comunidad aeronáutica respondió con una inmovilización global de la flota del 737 MAX, un intenso escrutinio y extensas investigaciones.
Boeing enfrentó críticas en relación con sus normas de seguridad
Boeing se enfrentó a duras críticas en relación con sus normas de seguridad y el cumplimiento de la normativa. La respuesta de la empresa incluyó la reestructuración de su cúpula directiva, la mejora de los protocolos de seguridad y amplias actualizaciones del software del sistema MCAS.
El golpe financiero de los accidentes, agravado por la pandemia del COVID-19, ralentizó significativamente los calendarios de producción y entrega de Boeing. A pesar de estos retos, Boeing se comprometió a recuperar la confianza de las partes interesadas y a rectificar los errores del pasado.