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Miami-Dade está perdiendo las tierras de agricultura, y el agroturismo fuera del límite de desarrollo urbano aspira ponerle freno

Una mujer labra la tierra en un cultivo en la comunidad de Redland, Miami-Dade
Una mujer labra la tierra en un cultivo en la comunidad de Redland, Miami-Dade Credit: Carlos Muñoz

El condado de Miami-Dade (Florida), conocida por su vida nocturna, clima tropical y herencia latina, también brilla en el ámbito agrícola. Según un estudio de la Universidad de Florida con el condado de Miami-Dade, el sur del estado lidera la producción nacional de plantas ornamentales y ocupa el segundo lugar en valor agrícola en Florida.

Pero esa posición está siendo amenaza por la reducción de tierras agrícolas, la competencia con importaciones, el aumento de costos, las plagas, la falta de mano de obra, el desarrollo urbano y el cambio climático. La tendencia no solo pone en riesgo la economía de Miami (alrededor de 12 mil empleos a tiempo completo así como miles de millones de ingresos), sino también la calidad del agua, del aire y la mitigación del cambio climático que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) ha estado apoyando.

Los datos del condado de Miami-Dade señalan que entre 2017 y 2023 las tierras clasificadas como agrícolas se redujeron 10.2%.

El estudio "Evaluación de las tendencias y perspectivas de uso del suelo agrícola en el condado de Miami-Dade" concluye que, de mantener ese ritmo, “el condado estará por debajo del estimado mínimo proyectado de 64,800 acres necesarios” para mantener la viabilidad económica de la industria en 2030.

Frente a estos desafíos, el 19 de marzo de 2024 se aprobó por mayoría (10-2) en la Junta de Comisionados del Condado de Miami-Dade (Miami-Dade Board of County Commissioners en inglés),  la designación del Miami Redland Agritourism District.

La escasez de trabajadores agrícolas es una de las razones que está incrementando los costos de la agricultura en Miami, señala la Universidad de Florida. Foto: Carlos Muñoz

La nueva área del Agritourism District en Redland se extiende por la Krome Avenue, fuera de lo que se conoce como el Límite de Desarrollo Urbano (UDB, por sus siglas en inglés), una línea en el mapa que delimita hasta dónde y qué se puede construir, creado en 1975 para proteger la agricultura, los recursos ambientales, el suministro de agua potable y los Everglades, una vasta región de humedales subtropicales en el sur de Florida.

De acuerdo con esta investigación, ha sido la aplicación estricta del Límite de Desarrollo Urbano lo que ha garantizado que Miami-Dade tenga el menor porcentaje de pérdida de tierras agrícolas entre los diez condados metropolitanos más grandes de Estados Unidos.

El número de granjas en EE. UU. ha disminuido de 6,8 millones en 1935 a 1,89 millones en 2023. Los acres de tierras agrícolas también han disminuido, con 879 millones de acres en 2023

Es allí, fuera de esta protección, donde Miami Redland Agritourism District promueve como una solución el agroturismo: una combinación de agricultura y turismo que, según la definición de la Ley Nacional de Agricultura, busca  entretener o educar a los visitantes mientras se genera ingresos.

A diferencia de otros estados, y del propio código de Florida, lo aprobado se trata de un agroturismo con exenciones más amplias, subrayó Hold The Line Coalition, una alianza de organizaciones que buscan proteger las áreas rurales y que se ha opuesto a esta nueva ordenanza.

El reglamento O-24-27 incluye específicamente actividades como bodegas, cervecerías, destilerías y lugares para bodas, y permite la construcción de hasta 5% de la propiedad para actividades de agroturismo fuera del Límite de Desarrollo, algo que no estaba contemplado en el código de Florida.

También exime ciertas actividades de agroturismo de requerir certificados de uso.

Las organizaciones que son parte de Hold The Line Coalition consideran que se está flexibilizando el uso de la tierra y que, a la postre, la consecuencia será el aumento de construcciones y contaminación en una zona que sobrevive con dificultad a las presiones de los desarrollos urbanos.

Sobrevivir y preservar la tierra

Pero para algunos de los que han labrado la tierra por más de 20 años en este corredor fuera del Límite de Desarrollo Urbano, la medida es una solución ya comprobada que les permite subsistir pese a las dificultades del mercado.

Royd Lemus llora cuando tiene que explicar por qué la designación del Miami Redland Agritourism District es un antes y un después en la sustentabilidad y en la preservación del vivero familiar que tiene desde 1997 en Redland.

Royd Lemus es propietario de uno los negocios de agroturismo en Redland. Desde hace 25 años tiene el vívero en esta comunidad. Foto: Carlos Muñoz

No hay un estudio reciente que demuestre la correlación entre el agroturismo que se aprobó y la preservación de la agricultura en Miami-Dade, pero los testimonios de agricultores como Royd han sido claves en la aprobación de la ordenanza O-24-27 en el Miami-Dade Board of County Commissioners, integrado por 13 comisionados, uno por cada distrito.

“Es muy difícil lo que hemos logrado: que alguien sin ton ni son nos haya escuchado”, dijo refiriéndose al comisionado del distrito 9, Kionne L. McGhee, impulsor de la propuesta que promete traer crecimiento económico a Redland.

Royd es el propietario de este vivero y granja familiar en Redland. Se han mantenido allí por 25 años, pero hace dos años decidieron vender jugos y comida para atraer clientes, vender más plantas ornamentales y complementar las ventas en la temporada baja. “Ahora esta resolución es un alivio. Nos da muchas posibilidades”, subrayó. No mostró números, pero asegura que es esta actividad la que les ha permitido resistir en los últimos años.

Abrir el restaurante, antes de la designación del distrito como agroturismo, fue posible gracias a un vacío legal entre las regulaciones de Miami-Dade y el código legal de Florida, que permitía el agroturismo pero sin la construcción de estructuras adicionales.

Pese a ello, la consecuencia de ese vacío fue un dolor de cabeza, apuntó Royd, debido a las constantes inspecciones y multas con las que se les amenazaba por el uso recreativo del espacio.

“Lo único que podíamos hacer aquí era sembrar. ¿Quién mantiene una finca sembrando? Come on, guys!”, insistió. “¿Cómo vas a competir? No se puede, no se puede. Entonces tenemos que ser creativos. El estado de Florida nos daba un derecho, pero el condado (de Miami-Dade) no lo apoyaba. Esta decisión puso a los dos en línea”.

Antes de la designación del nuevo distrito, algunas actividades de recreación se consideraban fuera de la legislación. Foto: Carlos Muñoz

“Solo tener eso —dijo señalando un toro mecánico (un simulador eléctrico de un toro de rodeo)— era un dolor de cabeza”. Ahora está tranquilo en el vivero en el que ha dispuesto dos carritos en el que preparan comidas y sirven bajo techo, y con mesas, a turistas y residentes locales.

Pocas millas más al norte, y al lado de una pequeña siembra de Martha U-Pick,  el parque By Brothers Family Park destaca entre algunos pequeños viveros en la avenida Krome.

By Brothers Family Park es pionero en el uso recreativo de estos espacios. En su página web cuentan que estos dos hermanos de origen cubano comenzaron con un un pequeño puesto de jugos y smoothies que luego se convirtió en un parque con una granja de animales, circuito de obstáculos, camas elásticas gigantes y dos trenes que recorren la propiedad.

La presidenta del Miami Agritourism Farm Association y familiar de los propietarios de By Brothers, Daniela Guzmán, señaló que ahora con la nueva ordenanza tienen permiso para, por ejemplo, tener un parque de agua. “Llegaba la inspección y nos decían que no teníamos permisos. Era confuso”.

By Brothers Family Park comenzó, según Guzmán, hace 10 años como una empresa dedicada a la apicultura. “Tenemos abejas. Tenemos nuestra área de fish farm, aves. Al final del día nuestra familia tiene más de 20 años en esto”, dijo.

En las otras propiedades, comentó, tienen siembra de aguacates, cocos, mamey, y demás árboles frutales. Toda esa producción, indicó, va destinada a la producción del parque, cuya entrada varía entre los $20 a $25 por persona.

“Esto es lo único que nos queda para salvar la agricultura”, añadió Guzmán. Y hasta ahora, insistió, les ha funcionado.

“Aquí yo creo que lo más importante es que los agricultores no van a perder su cosecha. El negocio grande aquí lo hacían los mercados porque el agricultor no tenía la posibilidad de vender al consumidor final. Ahora el agricultor está duplicando su margen de ganancia y la ciudad está comprando más barato”, agregó Víctor Gúzman, uno de los propietarios de By Brothers. “Esto, el agroturismo, nos ha ayudado mucho”.

Mercedes Guzmán, también vicepresidenta de Miami Agritourism Farm Association, en By Brothers Family Park. Foto: Carlos Muñoz

Una deuda con el agroturismo

Los propios estudios del condado de Miami-Dade muestran que el agroturismo es una vía para tener más ganancias. Los ingresos por agroturismo en granjas en los EE.UU. se triplicaron entre 2002 y 2017, alcanzando los $950 millones en 2017, lo que representa el 5.6 % del total de los ingresos relacionados con la agricultura, según datos del Censo de Agricultura.

En el caso de Miami-Dade, los ingresos por este concepto en 2017 fueron de $2.3 millones, aunque se trata de una estimación baja porque “no hay un recuento exhaustivo del volumen de negocios del agroturismo en el condado”, acotan los investigadores de la Universidad de Florida.

Basándose en patrones del número de visitantes antes y después de la pandemia y del gasto asociado, los investigadores de la Universidad de Florida concluyen que “el condado de Miami-Dade tiene potencial para expandir significativamente el agroturismo, lo que puede ser beneficioso si se gestiona adecuadamente”.

Una encuesta desarrollada en 2002 por los investigadores Thomas J. Stevens, Robert L. Degner, and Kimberly L. Morgan, de la Universidad de Florida, encontró que los productores agrícolas de Miami eran reacios a participar en actividades de agroturismo debido a preocupaciones legales, ambientales y de seguridad.

Sin embargo, el estudio encargado por el condado, señaló que “a pesar de estas preocupaciones, alrededor del 45% de los encuestados indicaron que participarían en un programa de agroturismo”. Se enviaron más de 2,800 cuestionarios y se recibieron 333 respuestas.

La recomendación de hace 20 años era que el condado nombrara un grupo de trabajo asesor para promover el agroturismo y abordar las preocupaciones de los productores.

Entre 2017 y 2023 las tierras clasificadas como agrícolas se redujeron 10.2% en Miami Dade. Foto: Carlos Muñoz

Otro estudio desarrollado en 2006, titulado El impacto económico potencial del agroturismo en el condado de Miami-Dade, sugiere que el desarrollo del agroturismo podría crear aproximadamente 1,200 empleos a tiempo completo y generar cerca de $6 millones en impuestos indirectos sobre negocios en Miami-Dade.

El más reciente análisis de 2023 acota que la ubicación rural de estas actividades es importante, “pero la conexión con la agricultura puede ser a veces tenue”, advierte, y agrega: “Una advertencia es que el tráfico, la iluminación y el ruido de los lugares de agroturismo pueden afectar las actividades agrícolas cercanas. Además, la política debe garantizar que las actividades de agroturismo tengan una conexión real con la agricultura”.

Una idea con preocupaciones

Son esas las razones que preocupan a Hold Line the Coalition.  En un comunicado difundido a propósito de la aprobación del nuevo distrito, señalaron que al extender el rango de usos aceptables en tierras de agricultura se está disminuyendo la utilidad del  Límite de Desarrollo Urbano.

“Como dijo un agricultor: esto mueve el Límite de Desarrollo Urbano sin mover el Límite de Desarrollo Urbano. Instamos a la Junta a mantener el estándar sensato”, declararon antes de la aprobación del distrito.

El comunicado fue firmado por más de 13 organizaciones, entre ellas: Friends of the Everglades, Tropical Audubon Society, South Florida Community Development Coalition, Transit Alliance, PlusUrbia Design, Dover, Kohl & Partners, Florida Rising, 1000 Friends of Florida y Urban Environment League.

Las organizaciones también afirman que como los usos ampliados en la ordenanza pueden aplicarse total o parcialmente en cualquier tierra zonificada como uso de agricultura, hasta 49% de las tierras agrícolas en todo el condado estarán en riesgo de ser eliminadas permanentemente puesto que una vez que una tierra cambia su uso, es irreversible.

El nuevo distrito permite a los propietarios de tierras agrícolas utilizar hasta el 5% de su propiedad (no más de 2.5 acres) para actividades de agroturismo. Foto: Carlos Muñoz

La directora de políticas y planificación de 100 Friends of Florida, Kim Dinkins, considera una buena decisión prevenir el estacionamiento ilimitado de camiones comerciales como se aprobó finalmente, así como poner mejores límites a la contaminación acústica.

“Pero en general nos preocupa cómo la infiltración de usos comerciales en esta importante área rural no solo afectará negativamente a la agricultura, sino que también afectará la calidad de vida de las personas que viven en el distrito”, comentó en entrevista con El Tiempo Latino.

También les preocupa la posible falta de infraestructura necesaria para apoyar la ordenanza.

El orquideólogo Martin Motes dirige junto a su esposa Motes Orchids Inc, un vivero de fama mundial en Redland. Sus investigaciones y trabajo han contribuido a ampliar los conocimientos del público sobre la propagación de orquídeas.

Motes, quien lleva 40 años cultivando en el área, se dice optimista sobre el futuro del Miami Redland Agritourism District pese a sus limitaciones, pero cree que la ordenanza aprobada va a ayudar a ponerle coto a lo que considera ha sido “el viejo oeste” del sur de Miami.

Los conciertos y fiestas, una de las razones que más preocupan a los residentes en su opinión y que obligó a algunos a mudarse, ahora tendrán limitaciones y sanciones más severas. “La mayoría de la comunidad que se opone no es al agroturismo, es al abuso del agroturismo”, precisó en una conversación telefónica.

Ya en noviembre de 2023, en una consulta pública hecha por el condado, a propósito de la ordenanza,  más de 200 miembros de Redland y Krome Avenue listaron las actividades de agroturismo con las que más estaban de acuerdo y con las que no, entre ellos food trucks, fiestas, conciertos, estacionamiento de camiones y uso de fuegos artificiales.

Las tierras agrícolas de Miami-Dade están designadas por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) como suelos de importancia única. Foto: Carlos Muñoz

Muchas de las actividades que ya se realizan como granjas de U-pick, así como eventos controlados, ya estaban permitidas, según el documento conclusivo de ese encuentro citado por el subdirector del Departamento de Recursos Económicos y Regulatorios del Condado de Miami-Dade, Jerry Bell, en entrevista con El Tiempo Latino.

Pese a su optimismo, Motes apunta que todavía hay asuntos que resolver como temas de salud pública y sostiene que el agroturismo es solo un apoyo adicional que requiere de estrictas regulaciones. “Estamos viendo una masiva cantidad de pequeños restaurantes, puestos de tacos y cosas de ese tipo bajo el pretexto de que son puestos de frutas o agrícolas. Todo esto está en proceso de resolverse”, añadió.

Incluso, indicó Motes, parte del problema es el análisis que se está haciendo de la agricultura, en referencia al estudio de la Universidad de Florida y Miami-Dade. Considera que se están dejando datos por fuera porque mucha de la producción agrícola está fuera del radar del censo agrícola.

“En términos monetarios, la agricultura ahora mismo está prosperando en el sur de Miami. La agricultura está viva aquí. El problema es que tenemos agricultores que poseen grandes cantidades de acres y les gustaría venderlos para el desarrollo, en lugar de para la agricultura. Si la venden para urbanizar, podrían obtener el triple o el cuádruple de lo que obtendrían vendiéndola con fines agrícolas”.

En 1959, había más de 120,000 acres dedicados a la agricultura, pero esta cifra ha disminuido drásticamente en las últimas décadas. Foto: Carlos Muñoz

Motes considera crucial que la comunidad fortalezca su organización y defienda el estilo de vida del campo en el sur de Miami. “Tenemos una gran cantidad de tierras agrícolas que hasta la fecha son propiedad de propietarios ausentes y se alquilan, pero no tienen arraigo en la comunidad porque viven en el extranjero y venderían si tienen la oportunidad. (...) La comunidad necesita tener un representante que valore el estilo de vida que tenemos aquí. Nosotros aprobamos la agricultura que existe aquí y queremos que siga siendo así”.

En términos ambientales, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos dice que mantener estas tierras y su exclusividad como agricultura son necesarias para proteger la calidad del agua, restaurar los flujos de agua interrumpidos y combatir la pérdida de hábitat nativo frente a especies exóticas, así como disminuir la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.

La estrategia de acción climática de Miami-Dade sostiene que, aunque la agricultura no mantiene los ecosistemas en su estado natural, se pueden utilizar prácticas agrícolas regenerativas para mejorar el almacenamiento de carbono en el suelo, y la expansión del dosel arbóreo, lo que reduce el calor urbano.

Las presiones de desarrollo: vender o no

Una de las mayores presiones que enfrentan las tierras de agricultura es el desarrollo urbano, especialmente en la Krome Avenue por su cercanía con el Límite de Desarrollo Urbano. Según un informe de Miami Homes For All, el condado de Miami-Dade en Florida enfrenta un déficit de 90,000 viviendas asequibles.

Martha Corona, propietaria de Martha U-Pick, posa en el negocio que ha tenido por 22 años en Redland. Foto: Carlos Muñoz

Todos los días, contó Royd, llegan cartas ofreciendo comprar su propiedad. “Mientras más pegado al Urban Boundary (el límite de desarrollo urbano) es más presión para vender (...) No tenemos para dónde correr. ¿Dónde van a comprar sus plantas? ¿Dónde van a comprar sus frutas? Esto es lo que queda”.

Martha Corona, propietaria de Martha U-Pick, se niega a incorporarse al negocio del agroturismo pero también a vender su propiedad. “Nos han ofrecido desde 3 millones de dólares hasta 7 millones de dólares”, agregó Martha.

Esta pequeña granja, donde venden frutas a transeúntes y conductores de paso, también muestra parte de las limitaciones del agroturismo. Generalmente requieren de una inversión y una capacitación que muchos agricultores no disponen, y que es una de las recomendaciones hechas por la Universidad de Florida al condado.

Martha tiene 22 años en estas tierras en la avenida Krome. Ella y su esposo llegaron como trabajadores agrícolas a esta zona desde México para cultivar tomates, frijol y calabazas. Tras el paso de los años, lograron ahorrar e independizarse.

Martha U-Pick, uno de las propiedades y negocios en la avenida Krome, en Redland. Foto: Carlos Muñoz

Para productores locales como Martha, lo que está pasando solo tiene una explicación: “Está llegando mucha gente de dinero que quiere comprar porque en otros lugares está más caro”.

De acuerdo con Hold the Line Coalition, actualmente existen siete solicitudes para construir proyectos fuera del Límite Urbano de Desarrollo (UDB) en el área suroeste del condado de Miami-Dade.

Los desarrolladores argumentan que expandir el UDB, especialmente cerca de las líneas de tránsito en el suroeste de Miami-Dade, permitiría construir más viviendas asequibles y para la fuerza laboral.

Pedro Valdez, agricultor en el suroeste de Miami-Dade, cultiva productos demandados en la comunidad latina. Foto: Carlos Muñoz

En esta área agrícola, los turistas o residentes pueden toparse con un desarrollo habitacional muy cerca de una siembra de ají o lechosa. Pedro Valdez tiene 25 acres rentados sembrando ají durante todo el año, un producto demandado por la comunidad latina en Miami y que para Pedro, pese a las dificultades, sigue siendo rentable todavía.

“El problema aquí es que la agricultura es muy costosa. De unos años para acá, una cosa que valía 25 dólares ahora es 50. Un fertilizante que antes valía 21 ahora está en 55. Rentar un acre valía 100 dólares mensuales, ahora vale 500 a 600 dólares”, señala.

La presión por las tierras tiene muchos factores. María Artega, residente de Homestead y trabajadora de la avenida Krome, cree que el negocio de venta de orquídeas en el que labora al cabo de un tiempo desaparecerá.

Redland tiene una gran concentración de viveros ornamentales y constituye un gran cinturón agrícola. Foto: Carlos Muñoz

“Los jóvenes ya no se quieren dedicar a esto”, dijo. María cultiva orquídeas desde hace 31 años, y trabaja en un vivero también desde entonces, a cuatro negocios del By Brothers Family Park, y otros restaurantes de la zona.

La construcción de viviendas y las ofertas de complejos residenciales se pueden ver a lo largo de toda la avenida, en esa línea difusa que separa el Límite de Desarrollo Urbano de las tierras de agricultura.

Algunas tierras con siembra tienen carteles de “Se vende” y otros ya tienen grandes letreros con maquetas de los proyectos habitacionales que vendrán a la zona.

Hasta dónde y cómo se extenderá la construcción de viviendas se sabrá en diciembre de 2024, cuando habrá una audiencia  en Junta de Comisionados del Condado de Miami-Dade (Miami-Dade Board of County Commissioners, en inglés) para discutir una propuesta que propone flexibilizar las reglas para la expansión del Límite de Desarrollo Urbano, lo que haría más fácil y rápido la aprobación de proyectos.

Este reportaje ha contado con el apoyo de Solutions Journalism Network, una organización sin ánimo de lucro dedicada a informar de forma rigurosa y convincente sobre las respuestas a los problemas sociales

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