La tormenta tropical Debby supone una grave amenaza mientras yace este miércoles sobre el Atlántico occidental, preparándose para golpear de nuevo las Carolinas.
Los expertos predicen que la tormenta recobrará fuerza y tocará tierra en la costa de Carolina del Sur a finales del miércoles o principios del jueves.
Los impactos van más allá de las fuertes lluvias, con posibles tornados que suponen un riesgo significativo desde la costa de las Carolinas hasta el sureste de Virginia para el jueves.
A principios de esta semana, Debby trajo lluvias incesantes a las regiones costeras de Georgia y Carolina del Sur. Ciudades como Charleston y Savannah se enfrentaron a graves inundaciones, con hasta 30 centímetros de lluvia registrados en algunas zonas y expectativas de totales que alcanzarían los 25 centímetros.
Las aguas de las inundaciones sumergieron las calles, lo que llevó a las autoridades locales a aplicar toques de queda y cerrar múltiples carreteras.
El alcalde de Charleston, William Cogswell, atribuyó el mérito de estos cierres de carreteras a la prevención de daños materiales adicionales y a evitar rescates por la crecida de las aguas.
"Los cierres de carreteras han sido cruciales para minimizar los daños", declaró Cogswell, subrayando la importancia de estas medidas de seguridad en medio del diluvio.







Estragos de la tormenta tropical Debby
En Savannah, los bomberos utilizaron barcos para las evacuaciones, entregando artículos de primera necesidad a los que se quedaron.
Michael Jones, un residente de Savannah, describió cómo las aguas de la inundación entraron en su casa, creando una situación peligrosa que le dejó varado en la mesa de su cocina durante toda la noche hasta que llegaron los rescatadores. "Fue un infierno toda la noche", relató Jones a AP News.
Las previsiones apuntan a que las zonas que ya han sufrido inundaciones multimillonarias en los últimos años se enfrentan a otro desafío de enormes proporciones, ya que se prevén hasta 15 pulgadas de precipitaciones adicionales.
La subida de las aguas sigue siendo una preocupación recurrente en regiones como Charleston, que experimenta frecuentes inundaciones debido a la subida del nivel del mar.
Las declaraciones de emergencia en Carolina del Norte y Virginia ponen de relieve el impacto potencial de la tormenta. Las comunidades del litoral, incluidas Wilmington y los Outer Banks, se preparan para lluvias torrenciales y fuertes vientos.