De regreso este martes a Michigan, Donald Trump continúa con pasión sus esfuerzos contra la convención demócrata. Esta visita marca su primera parada en el Medio Oeste desde que Kamala Harris entró en la carrera presidencial, remodelando el panorama político.
Hace un mes, la campaña de Trump exudaba confianza en el potencial de Michigan. En la convención de nominación, Chris LaCivita, el principal estratega de Trump, declaró que Michigan era el estado del Muro Azul con más probabilidades de volverse rojo en noviembre.
Dúas después, Trump llegó a Grand Rapids para un mitin con su compañero de fórmula JD Vance. Durante el acto, lanzó una puñalada a las preocupaciones demócratas, preguntando a la multitud: "¿Contra quién les gustaría más presentarse?" y se ganó fuertes vítores cuando sugirió el nombre de Biden.
Sin embargo, el optimismo de Trump se enfrentó a un duro revés. La retirada de Biden de la carrera hizo que Kamala Harris se convirtiera en la aspirante demócrata, nominada formalmente en Chicago.
La entrada de Harris alteró significativamente la dinámica política de Michigan. Las encuestas recientes ilustran una carrera más reñida, con un sondeo de The New York Times/Siena College que sitúa a Harris en el 50% y a Trump en el 46%.
Sin dejarse intimidar por los cambios de fortuna, Trump propagó recientemente una teoría conspirativa sobre que Harris tergiversó el tamaño de las multitudes en Detroit, a pesar de las pruebas sustanciales de lo contrario.
Harris y Trump en Michigan
A pesar de este turbulento telón de fondo, Trump se aventura de nuevo en Michigan. Esta vez, se dirige a multitudes en el condado de Livingston, una región que le respaldó de forma prominente en 2020, aunque con un margen reducido respecto a 2016.
Antes de la visita, la campaña de Harris criticó la elección de Howell por parte de Trump, señalando un controvertido mitin de supremacistas blancos un mes antes.
Los medios de comunicación locales documentaron el incidente, mostrando a individuos enmascarados que apoyaban a Trump, y algunos coreando consignas incendiarias. Alyssa Bradley, portavoz de Harris en Michigan, declaró: "Todos los racistas y supremacistas blancos que marcharon en nombre de Trump el mes pasado en Howell le han visto elogiar a Hitler, defender a los neonazis en Charlottesville y decir a los extremistas de extrema derecha que 'se mantengan al margen'".
La polémica historia racial de Howell incluye el asentamiento allí de un gran dragón del KKK de Michigan en la década de 1960 y las tensiones raciales subsiguientes.
A pesar de ello, Biden visitó Howell en 2021 para recabar apoyos para sus iniciativas de infraestructuras. La portavoz de Trump, Karoline Leavitt, hizo hincapié en el compromiso de Trump con la ley y el orden, prometiendo tolerancia cero con el crimen, la violencia y el odio.
Además, Leavitt cuestionó el sesgo de los medios, señalando: "¿Escribieron los medios esta misma historia cuando Joe Biden visitó Howell en 2021, o cuando Kamala Harris visita ciudades donde se han producido protestas y marchas racistas en el pasado? No, por supuesto que no".
Fuentes cercanas a Trump afirmaron que la campaña eligió Howell por su importancia estratégica y no por los acontecimientos recientes. Destacaron el apoyo del sheriff local y la importancia del mercado mediático de Detroit.
Una fuente comentó a CNN: "La oficina del sheriff del condado de Livingston es un apoyo increíble para la campaña y las políticas del presidente", subrayando el apoyo incondicional del sheriff a la agenda de Trump.
La visita de Trump a Michigan forma parte de una gira más amplia de cuatro días por estados clave en la contienda, como Pensilvania, Carolina del Norte y Arizona.