La vicepresidenta Kamala Harris aceptó ayer la nominación presidencial demócrata y con ello, la Convención Nacional de su partido, que se llevó a cabo durante cuatro días en la ciudad de Chicago, llegó a su fin.
Ya no hay más tiempo para especulaciones ni incertidumbre. El escenario está definido oficialmente y ahora sólo queda observar cómo será la pelea mano a mano entre ella y el candidato republicano, Donald Trump, por ser el próximo presidente de Estados Unidos.
Fueron cuatro días llenos de actividades y discursos que buscaron proyectar una imagen de unidad y entusiasmo dentro del partido. Se dejó de un lado la poco eficaz estrategia que hasta hace muy poco llevaba adelante el presidente Joe Biden -cuando todavía era el candidato- y se pasó a una que transmite un mensaje optimista.
Adiós a Biden y las riendas oficiales a Harris
Se dejó la retórica de “recuperar el alma de la Nación” y los ataques a Trump para pasar a una promesa de “libertad”. El giro de 180 grados marcó una suerte de adiós al presidente Biden y un apoyo unánime a Harris, a quien le entregaron las llaves de su destino. Las riendas oficiales las llevará ahora la vicepresidenta.
La Convención, desde la imagen y lo discursivo fue sobresaliente. Se presentaron en el escenario decenas de líderes nacionales y de todos los estados, además de artistas, deportistas, víctimas de violencia de todo tipo, policías, veteranos, militantes de derechos humanos y hasta un republicano que votaría por Harris.
Se destacó la presencia del propio Biden, como así la de los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton, que dieron algo así como una “bendición” para que Harris sea quien lidere el futuro del partido. Hablaron también las exprimeras damas, Hillary Clinton y Michelle Obama.
Los delegados, que llegaron puntualmente a la mayoría de las sesiones, incluidas las fuera del horario estelar, expresaron un entusiasmo desbordante. Hubo un reconocimiento generalizado a Biden por su liderazgo y por dar un paso al costado, lo cual fue recibido con alivio por muchos dentro del partido.
Cambio en la imagen del partido con la llegada de Harris
El tono relajado y amigable de Harris, acompañado del carácter afable de su compañero de fórmula Tim Walz, parece ser la nueva cara del Partido Demócrata. Durante estos cuatro días, la palabra "alegría" fue recurrente, reflejando el ambiente positivo que se buscaba transmitir. Y se logró.
La convención también trazó el camino hacia las próximas elecciones en noviembre. La imagen de unidad proyectada y la estrategia de incluir a diversos sectores de la sociedad fueron puntos destacables para fortalecer la base del partido de cara a los comicios.
Se resaltó la importancia de atraer a diferentes colectivos y asegurar que los mensajes del partido lleguen a un electorado más amplio.
No se olvidaron de Trump
Hubo palabras contra Trump. No es para menos. Si bien el objetivo es mostrarse por encima de los discursos agresivos del republicano, varios líderes demócratas recordaron de alguna manera al expresidente durante sus intervenciones en la Convención.
Michelle Obama, por ejemplo, lo acusó de tener privilegios de ricos y de emitir “mentiras feas, misóginas y racistas como sustituto de ideas y soluciones reales que realmente mejorarán la vida de las personas”.

Su esposo, el expresidente, mencionó la obsesión de Trump por los tamaños de las multitudes, pero bajó la cabeza, se miró las manos y sonrió. Todos rieron. Cuando los delegados abuchearon el nombre de Trump, Obama contestó con una clásica línea suya: “No abucheen, voten”.
Bill Clinton dirigió sus críticas hacia el candidato republicano, mientras aplaudió la decisión del actual mandatario Joe Biden de no postularse para la reelección. “Soy el hombre más viejo de mi familia en cuatro generaciones, pero sigo siendo más joven que Donald Trump”, expresó con ironía.
Kamala lo acusó de humillarse ante dictadores, de poner en peligro la democracia, de traicionar los valores estadounidenses y lo consideró "un hombre poco serio".
Un partido de la libertad y la familia
Durante la Convención, tanto Walz como Kamala hablaron de la solidaridad con el vecino, algo clave en las comunidades. Hicieron un llamado a la concordia y a frenar las divisiones.
Por su parte, la estrella Oprah Winfrey, registrada como independiente, también lo advirtió desde el escenario: “No somos diferentes de nuestros vecinos. Cuando una casa está incendiándose no preguntamos sobre la raza o religión del dueño o a quien votó”.
La convención también contó con la presencia de otros miembros de la familia de Harris, como parte de un esfuerzo por mostrar el lado más tierno de la vicepresidenta. Asistieron su hermana, sobrina, hijastra y ahijada, quienes la elogiaron por ser una figura constante e inspiradora en sus vidas.
“Nuestra nación tiene con estas elecciones una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado. Una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante. No como miembros de un partido o facción en particular, sino como estadounidenses”, expresó.