Fernando Valenzuela, el icónico lanzador mexicano que cautivó a millones con su estilo único y su ferocidad en la lomita, falleció a los 63 años. Los Ángeles Dodgers, su primer equipo en las Grandes Ligas, confirmaron la triste noticia el miércoles, revelando que Valenzuela había tomado una licencia médica antes de la postemporada de 2024 para atender problemas de salud.
El adiós del Toro Valenzuela
En las semanas previas, Valenzuela se había retirado de sus funciones como locutor de radio para concentrarse en su salud. Durante su internamiento en un hospital de Los Ángeles, enfrentó complicaciones hepáticas. Su situación de salud se agravó y, lamentablemente, sufrió un colapso multiorgánico que le costó la vida el 22 de octubre.
Un talento MLB nacido en México
Nacido en Navojoa, Sonora, México, "El Toro" se convirtió en una leyenda del béisbol. Su ascenso meteórico a la fama comenzó en 1981, cuando los Dodgers lo llamaron a las Grandes Ligas. Con su característico lanzamiento y su espíritu competitivo, rápidamente se ganó el corazón de los aficionados, tanto en Estados Unidos como en México.
Su debut contra los Astros de Houston enamoró a los aficionados: retiró a 11 de los últimos 12 bateadores, logrando una blanqueada memorable. Esta actuación impulsó el fenómeno conocido como "Fernandomanía" que revolucionó el béisbol.
El estilo de lanzamiento de Valenzuela, con sus brazos levantados y mirada al cielo, simbolizó este fenómeno. La combinación de su talento innato, su carisma y su humildad lo convirtió en un ídolo para millones. Los estadios se llenaban para verlo lanzar, y su nombre se convirtió en sinónimo de éxito.
El Toro dominó las Grandes Ligas
Valenzuela jugó 17 temporadas en las Grandes Ligas, vistiendo los uniformes de 6 equipos diferentes. Con los Dodgers, logró algunos de sus mayores éxitos, incluyendo una 2 series Series Mundiales (1981 y 1988).
Durante su carrera, consiguió 6 selecciones para el All-Star, un premio al Novato del Año y un Cy Young en 1981. Su logro de ganar ambos premios en la misma temporada es un hito sin igual en la historia de la MLB.
A la conclusión de su carrera en 1997, Valenzuela había acumulado un récord de 173-153 victorias y un promedio de efectividad (ERA) de 3.54. También recibió numerosos premios, incluyendo un Guante de Oro y un Bate de Plata, informó CNN. Su legado trasciende las estadísticas: fue un pionero que abrió las puertas a muchos otros jugadores latinos.
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— ESPN.com.mx (@ESPNmx) October 23, 2024
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Fernandomanía, un fenómeno en las Grandes Ligas
El impacto de Valenzuela trascendió campos y fronteras, convirtiéndose en un símbolo de esperanza. Hasta la Casa Blanca reconoció su influencia, invitándolo a un evento durante la visita del presidente mexicano José López Portillo en 1981.
Este choque cultural no pudo ignorarse; las retransmisiones en español de los partidos de los Dodgers superaron rápidamente a las de inglés. Valenzuela ganó elogios por su monumental influencia, creando una atmósfera de comunidad y celebración.
La Fernandomanía no solo se limitó a los juegos de béisbol, sino que se extendió a la cultura, transformando el ambiente en el estadio de los Dodgers. Con la emoción palpable, los días de juego se convirtieron en celebraciones culturales. Bandas de mariachis y acomodadores de habla hispana adornaban el ambiente, haciendo de cada partido una fiesta.
Millones en el montículo
A lo largo de su carrera, Valenzuela ganó un total de $17.035.000. El diario venezolano Meridiano reseñó que su salario más alto llegó en 1988, cuando obtuvo $2.050.000. Después de retirarse como jugador, Valenzuela se convirtió en comentarista de béisbol en español y continuó su conexión con los Dodgers hasta su fallecimiento.
Fernando Valenzuela, inmortalizado con el 34
En 2023, los Dodgers le rindieron homenaje al retirar su camiseta número 34, un reconocimiento excepcional para un jugador que nunca ingresó al Salón de la Fama. Aunque su vida llegó a su fin, su legado perdurará. Fernando Valenzuela fue más que un lanzador: fue un ícono cultural, un héroe y una fuente de inspiración para muchos.
Fernando Valenzuela dejó una marca indeleble en el béisbol y en la cultura latina. Su historia, de la humildad en Navojoa a convertirse en una leyenda del béisbol, inspirará a futuras generaciones. A través de su talento y dedicación, Valenzuela mostró que el éxito no entiende de fronteras. Su memoria vivirá por siempre en el corazón de los aficionados y en la historia del deporte.