La campaña de Donald Trump enfrenta una nueva crisis que mezcla comedia con racismo. Lo que debía ser un mitin político en el Madison Square Garden este domingo, se convirtió en escándalo cuando el comediante Tony Hinchcliffe se refirió a Puerto Rico como una “floating island of hot garbage”.
Los comentarios discriminatorios dominaron el evento, eclipsando por completo el mensaje anti-Harris que Trump pretendía enviar.
Reacciones luego del evento de campaña de Trump
La reacción fue inmediata y bipartidista. Incluso desde el equipo de Trump hubo condena: Peter Navarro calificó a Hinchcliffe como “el idiota más grande que jamás haya existido en la comedia”.
La campaña de Harris no perdió tiempo: ya capitalizó el incidente en 17 periódicos, mientras Bad Bunny, Jennifer Lopez y Ricky Martin se suman a su causa. Las 29 declaraciones de condena de políticos y celebridades siguen multiplicándose.
Las alarmas suenan a 8 días de las elecciones. Anthony Scaramucci, exasesor de Trump, establece paralelismos inquietantes con la Alemania de 1933, mientras AOC ve similitudes con el preludio del 6 de enero.
La campaña republicana intenta distanciarse del incidente, pero el silencio de Trump es ensordecedor. En un momento crítico de la contienda electoral, el expresidente enfrenta un dilema: condenar los comentarios y arriesgar su base, o callar y alimentar la narrativa de intolerancia.
