La victoria de Donald Trump no nació de la noche a la mañana. El presidente electo se convirtió en el primer republicano en ganar el voto popular y el Colegio Electoral en 20 años.
¿La receta? Casi todo es gracias a la mejora de su apoyo en varios grupos demográficos clave en comparación a 2020 –como los independientes y votantes rurales–, quienes respaldaron al exmandatario en una elección que ni él esperaba tan positiva.
Latinos, afroamericanos y jóvenes. El favoritismo de Trump entre votantes latinos creció del cielo a la tierra en 2024, reduciendo la brecha que los demócratas tanto presumían. A pesar de que Kamala Harris obtuvo el 80% del voto afroamericano, este respaldo también disminuyó en comparación con el 90% que Biden recibió en 2020.
Los votantes jóvenes, un segmento crucial para los demócratas, recortó su apoyo de un 60% en 2020 a un 55% en 2024. La generación Trump.
Diversidad, divino tesoro. La brecha de género se redujo el martes, aunque las mujeres favorecieron a Harris y los hombres a Trump en márgenes similares. Trump también logró mejorar su apoyo entre votantes asiáticos, aunque Harris se mantuvo ganando en este grupo.
Y entre los votantes rurales, el apoyo a Trump aumentó significativamente, duplicando su ventaja de 15 puntos en 2020 a 30 puntos en 2024. Casi todos los caminos conducían a Trump.