No todo lo que brilla es oro, y en Wall Street, no toda subida espectacular es necesariamente buena. La bolsa estadounidense, con su conocida volatilidad, ha sido escenario de vaivenes extremos tras la victoria de Trump, y este ciclo parece haber alcanzado un nuevo nivel de exageración.
El día en el que se conoció la victoria de Trump, los principales índices de la bolsa –el Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq– vivieron una jornada de históricos aumentos, solo para volver a enfrentar la incertidumbre pocos días después. ¿Por qué tanto sube y baja?
Trump y el Dow Jones: ¿una relación "perfecta"?
El Dow Jones recibió con entusiasmo la victoria de Trump. El índice alcanzó un máximo histórico el miércoles, disparándose más de 1,500 puntos, en su mejor día desde 2022.
La subida fue la mayor en un período postelectoral en más de dos siglos, un avance que no dejó indiferente a nadie. La euforia de Wall Street impulsó también al Nasdaq, que subió un 2.95%, y al S&P 500, que superó los 5,900 puntos, marcando un camino hacia su mejor avance semanal en un año.
Para muchos, la victoria de Trump se tradujo en una ola de optimismo para las empresas y los multimillonarios, que sumaron muy buenas ganancias.
Tesla se disparó más del 14%, y otras compañías como Nvidia, Amazon y Google registraron aumentos del 4%, 3.8% y 3.99%, respectivamente. Los diez multimillonarios más influyentes agregaron en conjunto unos $64,000 millones a sus patrimonios netos, con Elon Musk encabezando la lista con una impresionante ganancia de $26,000 millones.

Los bancos y las criptomonedas: también hay fiesta en otros sectores
La alegría no se limitó a los gigantes de la tecnología y los promedios de la bolsa de valores. Los bancos también cosecharon ganancias significativas, gracias a la perspectiva de políticas pro-mercado y menores regulaciones financieras bajo la administración de Trump.
No solo las acciones bancarias aumentaron en dos dígitos, sino que el capital fluyó generosamente hacia fondos de acciones estadounidenses, acumulando $32,800 millones hasta el 6 de noviembre.
Siguiendo la noticia. Esta ola de optimismo hizo que Wall Street sintiera que una "nueva era" estaba en marcha, una en la que las inversiones, los créditos y la especulación podrían experimentar un auge sin precedentes.
Buen pronóstico para la industria de criptomonedas
El sector de las criptomonedas quizás fue el más notable. En un contexto donde la economía digital gana protagonismo, el valor de las criptomonedas –liderado por Bitcoin y Ethereum– también registró aumentos significativos.
En parte, esto se debe a la percepción de que una economía pro-desregulación beneficia a las criptomonedas, vistas como una alternativa "libre" a las monedas tradicionales.
La victoria de Trump impulsó también a los inversores a buscar opciones de refugio alternativo frente a las divisas convencionales, generando un salto en los precios y la adopción de criptomonedas.
La volatilidad de Wall Street se hace presente
Para quienes están en el parqué de Wall Street todos los días, el optimismo se mezcla con la cautela. El mercado continúa siendo volátil, y los operadores lo saben.
Las jornadas de euforia suelen traer consigo una inevitable resaca. Este viernes, las acciones de Wall Street abrieron con números más bajos, con el Dow Jones en una ligera línea plana, mientras que los futuros del S&P 500 y Nasdaq 100 mostraban caídas del 0.1% y 0.2%, respectivamente.
Las subidas iniciales impulsadas por la victoria de Trump reflejan la emoción de los inversores ante la perspectiva de recortes de impuestos y desregulación, pero la realidad económica es más complicada.
Se asomó la Reserva Federal pero con cautela
La inflación sigue siendo una preocupación persistente, y la Reserva Federal advierte que, aunque las tasas de interés han sido reducidas para fomentar el crecimiento, aún existen preocupaciones sobre el aumento de precios.
Entre líneas. El Banco Central persigue su objetivo del 2% de inflación, pero la economía global y las tensiones comerciales podrían ralentizar estos esfuerzos.
Además, el mercado laboral, aunque se ha relajado, aún no ha mostrado suficientes signos de estabilidad a largo plazo como para garantizar una recuperación sólida sin problemas.
En cuanto al mercado hipotecario, el panorama se complica. La victoria de Trump también impulsó los bonos del Tesoro a 10 años, que a su vez generaron una escalada en las tasas hipotecarias.
La tasa media de la hipoteca fija a 30 años subió 9 puntos básicos, alcanzando un 7.13%, el nivel más alto desde julio, lo cual tiene un impacto negativo en el sector inmobiliario. Las acciones de las principales constructoras cayeron, y los analistas están preocupados por el futuro de las viviendas asequibles y el acceso al crédito en este contexto.
La montaña rusa de Wall Street tras la victoria de Trump muestra el patrón cíclico de euforia y corrección que ya es característico de la bolsa estadounidense. Aunque los primeros días han sido de festejo, el mercado debe enfrentarse a una realidad económica llena de retos.
La volatilidad seguirá siendo la norma, especialmente en un contexto de política monetaria incierta, tasas de interés fluctuantes y un mercado inmobiliario complicado.