La semana podrá ser chill para ti, pero no para el G20. La cumbre que arranca hoy en Río de Janeiro busca discutir, entre otras cosas, soluciones al cambio climático lideradas por las principales economías del mundo.
Claro, siempre es más fácil decirlo que hacerlo. La ONU advirtió que si no se logra financiamiento a los países más pobres, pronto habrá una “economic carnage”. Y con la COP29 estancada en Azerbaiyán, quizás no esté tan equivocada.
No es hablar por hablar. Más allá de los compromisos financieros, las estrategias para aliviar la deuda de los países vulnerables es casi una obligación.
Algunos estudios indican que se requiere de, al menos, $1,000 millones anuales en financiamiento, cuya obtención debe incluir al sector privado, bancos multilaterales y nuevas iniciativas como impuestos al carbono.
Música para los oídos de todos... menos de presidentes como Trump y Milei, quienes serán dos piedras en los zapatos de todo aquel que busque imponer esos impuestos.
Sobre la Cumbre G20
Bye, bye, Joe. La cumbre también marca el cierre del liderazgo de Biden en el G20, donde buscó construir consensos globales frente a otros desafíos, como la guerra en Ucrania.
La llegada de Trump a la Casa Blanca genera preocupaciones entre diplomáticos europeos, quienes ven en el Trump Style una amenaza a los esfuerzos multilaterales impulsados por la administración Biden. Pero por ahora, el mundo se preocupa por un problema a la vez.
La Cumbre del G20 es un evento anual que reúne a líderes de todo el mundo para deliberar sobre acuerdos y formular estrategias dirigidas a abordar los desafíos económicos y sociales que enfrenta el planeta. Establecido en 1999, el G20 abarca a las naciones del G-8 y otros países de gran relevancia, fomentando así la colaboración económica a nivel global.