La Corte Penal Internacional (CPI) tomó una medida sin precedentes el jueves al emitir órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa, Yoav Gallant y al dirigente de Hamás Mohammed Deif. Ambos enfrentan acusaciones de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto en Gaza entre octubre de 2023 y mayo de 2024.
Decisión histórica sacude a Israel
La corte, con sede en La Haya, afirmó que Netanyahu y Gallant privaron intencionalmente a la población civil de Gaza de recursos esenciales para su supervivencia, como agua, alimentos, medicamentos, combustible y electricidad. En palabras de los jueces, "los acusados son responsables de actos que llevaron a la destrucción deliberada de vidas civiles, incluyendo niños".
The Guardian destacó que la orden llega en un momento crítico para el conflicto israelí-palestino, con 1.200 israelíes muertos y más de 250 secuestrados durante un ataque de Hamas en octubre pasado. Los líderes de la CPI también señalaron que ambas partes han cometido atrocidades, aunque las acusaciones contra Netanyahu y Gallant se centran en el bloqueo contra Gaza.
Los cargos que enfrenta Israel
Los jueces de la CPI encontraron razones para creer que las acciones de Netanyahu y Gallant fueron parte de un ataque sistemático contra la población civil. Según la corte, las restricciones impuestas a Gaza "incluyeron cortes de suministro eléctrico y combustible, además de limitar severamente la entrada de alimentos y medicinas". Estas acciones resultaron en la muerte de civiles por deshidratación, hambre y falta de atención médica.
En su decisión, la corte también destacó que los hospitales en Gaza debieron realizar procedimientos quirúrgicos sin anestesia por la falta de suministros. "Doctores tuvieron que amputar extremidades de niños bajo condiciones impensables. Esto constituye actos inhumanos, según el derecho internacional", expresaron los jueces.
La corte no se detuvo ahí. Netanyahu y Gallant también son acusados de persecución por motivos políticos y nacionales contra los habitantes de Gaza, al negar repetidamente asistencia humanitaria esencial. Estas medidas, según la CPI, no tenían justificación militar clara.
Reacciones divididas ante la decisión internacional
Desde Israel, Netanyahu calificó las acusaciones como "antisemitas" y una "afrenta vergonzosa que no será olvidada". Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores argumentó que el país nunca aceptó la jurisdicción de la CPI y cuestionó la legitimidad de las órdenes.
Benny Gantz, líder de la oposición y exgeneral, también lamentó el fallo, calificándolo como "ceguera moral de proporciones históricas". Sin embargo, organismos internacionales de derechos humanos aplaudieron la medida. "Es un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley, independientemente de su cargo político o militar", declaró Balkees Jarrah, de Human Rights Watch.
La administración de Estados Unidos mantuvo una postura ambigua. Mientras que Joe Biden apoyó anteriormente las acciones de la CPI contra líderes rusos por crímenes en Ucrania, criticó el fallo contra Israel. A nivel global, esta aparente doble moral provocó controversia en la comunidad internacional.
Un impacto profundo para Netanyahu y Gallant
Aunque Israel rechazó las órdenes de arresto, Netanyahu y Gallant enfrentan consecuencias tangibles. Al viajar a países miembros de la CPI, ponen en riesgo su captura. Esto podría complicar futuras negociaciones diplomáticas para Israel, especialmente en un momento en que la presión internacional busca un cese al fuego con Hamas.
En términos internos, la decisión podría fortalecer políticamente a Netanyahu a corto plazo, ya que su base considera las órdenes de arresto una intervención extranjera injusta. A pesar de ello, aumenta el aislamiento internacional de Israel y su papel en foros globales, mientras crece el rechazo a su manejo en Gaza.
El camino hacia la justicia internacional
La CPI no solo emitió órdenes contra Netanyahu y Gallant. También procesó a líderes de Hamas, como Mohammed Deif, acusados de crímenes de guerra tras dirigir ataques contra Israel. La justicia internacional ha comenzado a abordar ambos lados de este sangriento conflicto, poniendo bajo escrutinio tanto a figuras políticas israelíes como palestinas.
Los próximos pasos dependerán de la cooperación de los estados miembros de la CPI y de la voluntad global de llevar a los responsables a juicio. En este caso, la Corte Penal Internacional envió un mensaje contundente al mundo, subrayando que incluso las más altas figuras políticas y militares deben rendir cuentas por sus actos.