Las petroleras ExxonMobil y Chevron están tomando la delantera para satisfacer la creciente demanda de energía que requieren los data centers de inteligencia artificial. Ambas empresas están apostando por el gas natural y tecnologías de captura de carbono para ofrecer electricidad con bajas emisiones.
Según Jeff Gustavson, presidente de Chevron New Energies, la experiencia de su compañía en gas natural y proyectos energéticos globales los posiciona idealmente para atender estas necesidades emergentes. O al menos eso esperan.
Tecnología avanzada para un suministro más limpio. ExxonMobil está desarrollando una planta de energía basada en gas natural con sistemas avanzados de captura de carbono que prometen reducir las emisiones en más del 90%.
Este proyecto se diseñó para operar de forma independiente de la red eléctrica, agilizando su implementación y mejorando la eficiencia.
Además, la compañía tiene planeado invertir $30,000 millones en proyectos de bajas emisiones de carbono hasta 2030, demostrando su compromiso con la sostenibilidad mientras atiende la creciente demanda energética de los centros de datos.
¿Compromiso real o estrategia comercial? Aunque ExxonMobil está invirtiendo en tecnologías limpias, su mala fama ambiental crea más dudas que buenas intenciones. Desde los 70, la compañía conocía los efectos del calentamiento global provocado por los combustibles fósiles, pero optó por fingir demencia.
Este legado de desinformación contrasta con su enfoque actual en energías bajas en carbono, planteando la posibilidad de que su interés esté más ligado a mantenerse competitiva en el mercado que a resolver los desafíos ambientales.