La "maldición del Oscar" es una creencia popular en la industria del entretenimiento que sugiere que ganar un Premio de la Academia, especialmente en las categorías de actuación, puede tener consecuencias negativas para la carrera o la vida personal del ganador.
No se trata de una maldición literal, sino más bien de una serie de patrones observados a lo largo de los años que han dado pie a esta superstición. Figuras como Halle Berry, Jennifer Hudson y Adrien Brody son ejemplos de quienes han sentido este impacto negativo.
¿Cuáles son las interpretaciones de la maldición del Oscar?
Existen varias interpretaciones de la maldición del Oscar. Una de las más comunes se centra en el declive profesional. Se dice que algunos actores y actrices, tras alcanzar la cima con un Oscar, experimentan dificultades para encontrar papeles igual de relevantes o exitosos.
Sus siguientes proyectos pueden ser menospreciados por la crítica o fracasar en taquilla, lo que lleva a un estancamiento o incluso al olvido en la industria. Este fenómeno se atribuye a varias razones:
Altas expectativas. El público y la industria generan expectativas enormes sobre el ganador del Oscar, lo que dificulta superarlas con trabajos posteriores.
Encapsulamiento en un rol. El papel que les valió el Oscar puede encasillarlos, dificultando que los vean en otros registros.
Malas decisiones. La presión y la sobreexposición pueden llevar a los actores a tomar decisiones profesionales desacertadas.
Otra vertiente de la maldición se enfoca en la vida personal, especialmente en las relaciones amorosas. Se ha observado que algunos ganadores del Oscar, particularmente en la categoría de Mejor Actriz, sufren rupturas sentimentales o divorcios poco después de recibir el premio.
Si bien la causalidad es difícil de probar, se especula que el estrés, los cambios en la dinámica personal y la atención mediática pueden influir en estas situaciones.
Es importante destacar que la maldición del Oscar no afecta a todos los ganadores por igual. Muchos actores y actrices han continuado sus carreras con éxito tras recibir la estatuilla, consolidando su estatus y participando en proyectos aclamados. Ejemplos de esto incluyen a Meryl Streep, Tom Hanks o Cate Blanchett, quienes han mantenido una trayectoria brillante tras ganar múltiples premios Oscar.
Además, el concepto de la maldición del Oscar también se extiende a películas que, a pesar de ser consideradas obras maestras o tener un gran impacto cultural, no ganan el premio a Mejor Película. Se argumenta que, con el tiempo, estas películas "malditas" son recordadas y valoradas incluso más que las que sí se llevaron el galardón.