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Receta del sancochado por el chef Yuki Nakandakari

La olla de mi viejo tenía de todo: carnes, verduras, y el toque final, una chalaquita arequipeña de mi abuela Emmita, hecha con cebolla, rocoto, y limón. Yo juraba que el nombre venía de “aprovechar lo podrido”, pero resulta que es una receta española, de las “ollas de los poderosos”. Y mira tú, es

La olla de mi viejo tenía de todo: carnes, verduras, y el toque final, una chalaquita arequipeña de mi abuela Emmita, hecha con cebolla, rocoto, y limón.

¡Febrero ya llegó, carambas! Y aquí me tienen, en Aberdeen, Dakota del Sur, inaugurando el primer restaurante peruano del estado. Con un frío que me congela el pelo, las uñas y hasta el pensamiento, pero, contrario al clima helado de estas tierras de indios y vaqueros, la gente aquí es más cálida que una taza de emoliente en invierno.

Llevamos una semana con "Cuzco Peruvian Cuisine", y el recibimiento ha sido apoteósico. Tanto así, que dentro del local parece que estamos en pleno verano limeño, no por el clima, sino por el calor humano de quienes nos han abierto las puertas (y el apetito). ¡Gracias Aberdeen, seguimos sazonando corazones!

Febrero es el mes más frío en tierras de hamburguesas, pancakes y pieles rojas... ¡pero también el mes del amor, pues! San Valentín nos atraviesa el corazón con su flecha, así que déjame contarte una historia que combina romance, rebeldía y una sopa que te calienta hasta el alma.

Resulta que San Valentín, un loquillo total, se enfrentó a Claudio II "El Gótico", quien prohibió el matrimonio porque creía que los solteros sin hijos eran mejores soldados. Valentín, con su corazón cholo y lleno de amor, empezó a casar a los tortolitos a escondidas. Al emperador no le gustó ni un pelo, lo llamó al palacio y ¡zas! le cortó la cabeza. Y así, nuestro querido San Valentín terminó como el patrón de los enamorados. ¿Qué plato habrá querido de despedida? ¿Un sancochado tal vez? Porque, vamos, nada dice "te amo" como una buena sopa que calienta hasta el corazón más helado.

Y hablando del sancochado, este plato viene como anillo al dedo para febrero. A mí me lleva a mi niñez, a la época en que en casa teníamos un libro llamado “El Gran Libro de la Casa”, un manual para ser una versión casera de MacGyver. Pero lo que a mí me fascinaba eran las recetas de países exóticos como España (en mi mente de chibolo todo era exótico si no era Perú). Aunque en esa época mis viajes se limitaban a Arequipa, tierra de mi vieja, y Cerro Azul, donde mi tío Isao, el "alcalde del ceviche", reinaba. ¡Qué tiempos!

Juan Hiroshi Nakandakari Kanashiro. | Álbum familiar.

En casa, mi viejo, Juan Hiroshi Nakandakari Kanashiro, era un ejemplo de chamba. Policía, abogado, taxista... el hombre hacía de todo, menos meterse a la cocina. Pero, cuando lo hacía, ¡era un espectáculo! Agarraba todo lo que estaba por vencer en el refri y preparaba su versión de la famosa “Olla Podrida”, que de podrida no tenía nada, pero sí de poderosa. Era un manejo de inventario de lujo, tipo “FIFO” (First In, First Out) versión peruana.

La olla de mi viejo tenía de todo: carnes, verduras, y el toque final, una chalaquita arequipeña de mi abuela Emmita, hecha con cebolla, rocoto, y limón. Yo juraba que el nombre venía de “aprovechar lo podrido”, pero resulta que es una receta española, de las “ollas de los poderosos”. Y mira tú, es la mamá del sancochado peruano, el sancocho latinoamericano y hasta el cocido madrileño. ¡Un plato viajero!

Receta del sancochado (san kochado para los amigos):

Para 6 personas necesitas:

  • 4 lbs de carne de res (chuck roast, pero dile "carne nomás")
  • 3 zanahorias
  • 4 yucas
  • 8 papas
  • 2 poros
  • 1 nabo
  • 4 choclos
  • 1/2 de col
  • 8 oz de habas
  • Sal
  • Cilantro
  • Perejil

Preparación:

1. Cocina la carne en una olla con agua, a fuego medio, por una hora.

2. Corta los vegetales en trozos grandes y agrégalos a la olla. Hierve todo, unos 15 minutos.

3. Sazona, cuela el caldo y sirve bien calientito con su perejil picado.

Presentación

Presenta el sancochado acompañado de canchita serrana, rodajas de limón y rocoto (si es que encuentras, en las tiendas latinas venden congelado de Perú, si no, jalapeños o habaneros la hacen igual). Como podrás notar, este plato puede disfrutarse separando el caldo de los demás ingredientes, aunque también tienes la opción de mezclarlos si así lo prefieres. ¡Buen provecho!

Este sancochado, papá, es para ti, que desde el cielo seguro te estás matando de risa viendo cómo tus enseñanzas llegaron a mi cocina. ¡Salud por ti, por mamá y por nuestra familia! Y a ustedes que me leen, ¡vayan corriendo a cocinar algo rico!

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