¿Alguna vez pensaste que podrías estar masticando una tarjeta de crédito a lo largo de la semana? Pues lo haces, pero no de la forma que imaginas. Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico que parecen estar en todas partes, se han colado en tu agua, tu aire, tus comida y hasta en tu cuerpo. Es un problema tan serio como invisible, y aquí te contamos todo lo que necesitas saber.
Microplásticos, los intrusos imparables
Los microplásticos miden menos de 5 milímetros y pueden ser fragmentos de plásticos más grandes o fabricados intencionalmente para productos como cosméticos o pinturas. Según un estudio de Stanford Medicine, enero 2025, se liberan entre 10 y 40 millones de toneladas métricas de microplásticos al ambiente cada año, y se espera que esta cifra se duplique para 2040. Estos plásticos viajan a través de ríos y mares, alcanzando incluso lugares remotos como el Ártico y la Antártida. Y lo peor es que terminan en tu cuerpo.
Daños desde el cerebro hasta el corazón
Los microplásticos están dejando huella en nuestro cuerpo, infiltrándose en órganos esenciales y afectando nuestra salud de formas alarmantes:
- Cerebro vulnerable: estas partículas atraviesan la barrera hematoencefálica, bloqueando vasos sanguíneos y potencialmente alterando funciones neuronales. Pacientes con demencia tienen hasta 10 veces más microplásticos en sus cerebros.
- Corazón en riesgo: detectados en arterias, aumentan el peligro de infartos y accidentes cerebrovasculares.
- Inflamación silenciosa: causan estrés oxidativo ligado a enfermedades crónicas como cáncer y diabetes.
- Desde el nacimiento: aparecen en el meconio de los recién nacidos, mostrando que la exposición comienza en el útero.
- Impacto reproductivo: en hombres, se asocian a disfunciones sexuales tras hallarse en el 80% de los tejidos analizados.
Un problema global
Los microplásticos no solo afectan a los humanos, también destruyen ecosistemas. En los océanos, se acumulan en tejidos de peces y mariscos, contaminando los alimentos que consumimos. Un estudio llevado a cabo en Oregón en 2024 reveló que el 98% de las muestras de peces y camarones analizadas tenían partículas plásticas. En el Ártico y la Antártida, alteran hábitats remotos. Incluso, investigadores japoneses han encontrado partículas en las nubes, impactando el clima y liberando gases de efecto invernadero.
Ropa, aire y comida están contaminados
El plástico está en objetos cotidianos que usamos sin pensar. Sus principales fuentes incluyen
- Prendas de poliéster y otras fibras sintéticas.
- Recipientes y utensilios plásticos, como los de Teflón.
- Aire y polvo doméstico, que terminamos inhalando.
- Agua envasada y alimentos ultraprocesados, según varios estudios recientes.
Hasta el 80% de los microplásticos proviene de fibras textiles y plásticos de uso diario.
¿Cómo podemos evitar los microplásticos?
Eliminar los microplásticos por completo es imposible, pero hay maneras de reducir nuestra exposición. Aquí te dejamos consejos prácticos:
- Sustituye utensilios plásticos por opciones de vidrio, madera o acero inoxidable.
- No calientes comida en recipientes plásticos y evita usar sartén antiadherente de Teflón.
- Opta por ropa hecha de fibras naturales como algodón u lino en lugar de mezclas sintéticas.
- Usa filtros de agua en casa, ya que pueden capturar partículas plásticas presentes en el agua corriente.
- Reduce el consumo de alimentos procesados y empacados en plástico.
- Recuerda lavar menos frecuentemente la ropa sintética o utiliza bolsas filtrantes para atrapar microfibras durante el lavado.
Según Desiree LaBeaud de Stanford, evitar el uso de utensilios y envases plásticos es vital para nuestra salud. Además, cocinar en casa o solicitar recipientes reutilizables en restaurantes puede marcar una gran diferencia.
El plástico sigue creciendo, ¿qué haremos?
Las cifras no son alentadoras. En la actualidad, se producen 450 millones de toneladas de plástico al año, y según estimaciones, esta cantidad podría triplicarse para 2060. Aunque ya existen medidas puntuales, como la prohibición de microperlas en cosméticos, expertos como LaBeaud demandan una acción global con metas ambiciosas, como limitar la producción y eliminar los plásticos de un solo uso.
Los microplásticos representan uno de los mayores desafíos para la salud pública y el medio ambiente en la actualidad. Aunque su impacto total aún no se comprende completamente, los estudios apuntan a efectos peligrosos tanto para humanos como para la biodiversidad. Reducir el uso de plásticos, promover alternativas sostenibles y exigir acciones gubernamentales son pasos cruciales para enfrentar este problema.